Hotel Soledad- La perra vida salvadoreña en la USA, es como se titula el primer crió literario de mi amigo Gonzalo Guevara, cumpliendo así el segundo mandamiento del existencialismo artístico, solo le faltara sembrar el árbol.
Por su titulo. Cualquiera de nuestros paisanos, de aquellos que usualmente emiten juicios a priori y se la pintan de nacionalistas y letrados, posiblemente la descalificarían sin leerlo, asumiendo que su contenido profana la imagen de una nación. Con certeza de sus bocas o mentes, emanarían calificativos extravagantes para ti, amigo. Como aquel que después de leer el contenidos en una de tus instalaciones peculiares, se te acerco para decirle que eras una vergüenza para su país El Salvador, dejando atónitos a los presentes en aquella exhibición, ya que se pensó que eran palabras de felicitaciones por tu arduo trabajo artístico. Ironías de la vida. Quizás se sintió aludido y herido en su ego, ya que dicha obra conceptual criticaba el machismo varonil del cual muchos hacen alarde dejando hijos por doquier y olvidando las responsabilidades de la familia.
El folklore incluido en tus cuentos, léxico extravagante y profano que para algunos religiosos y ortodoxos, serian un pecado para sus oídos y mentes, pero que bien saben usar en el interior de sus almas. Me recuerdan la tierra perdida, el terruño que se quedo atrás y la que no es diferente de la tierra prometida o el plus ultra de mal llamado sueño americano, pesadilla en el cual estamos inmersos. No con ello culpo a la nación que nos alberga o su teoría económica que profesa. Llamase hombre el centro de la problemática que con sus ambiciones y falacias se ha deshumanizado, limitando su visión al presente sin vislumbrar un futuro.
Quizás no fue la intención primaria al escribir el libro, lo social pero la temática que se aborda y su desarrollo sin pelos en la lengua lo hace acuñable. Ya muchos quisieran abordarla y tener las H grande de Harry Potter para escribir sobre ellos. Pero les resulta mejor hacerse el de la vista gorda y dejar pasar la oportunidad y abordar otros tópicos menos controversiales evadiendo la responsabilidad que demanda la coyuntura social actual. El aportar para construir un mundo mejor para las presentes y futuras generaciones
El Mendigo y la Rosa, particularmente mi preferido dentro de la gama de cuentos que incluye el libro, no por lo romántico, nostálgico o sentimental al abordar una de las crudas realidades, si no por la sutileza de la pluma con que se escribió que deja entrever el rostro interno del ser humano que muchas veces escondemos para protegernos del muro de falsedades e hipocresías que nos encontramos por doquier y nuestro pan de cada día.
Nuestros parabienes por tu obra y alentando tu pluma para que escribas tu segundo libro el cual esperamos con ansiedad y que sea igual o mejor que el primero.
Jorge A. Guzmán
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