lunes, 22 de marzo de 2010

RECORDANDO A MONSEÑOR ROMERO- POR ALIRIO ALEMAN

El mes de marzo es un mes que no puede pasar desapercibido por la comunidad hispano hablante y muy en especial la comunidad salvadoreña viviendo en EEUU. Lo digo de tal manera quizás porque marzo es sinónimo de primavera, después de venir cansados de tanto paliatar con el exceso de nieve y un frío perturbador y allá en nuestro interior decimos “ya será marzo y a lo mejor vaya a mi tierra a disfrutar la Semana Santa y un poco de buena calor y de paso me doy mi chapuceada por ahí…”

Pero también este mes a sido caracterizado por malos recuerdos…noticias graves que las seguimos viviendo como si hubiesen sucedido ayer. Olvidar quisiera pero no puedo aquel día fatídico, un 24 de marzo de 1980, en mi tierra El Salvador era asesinado Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo y líder de la iglesia salvadoreña, fue un día caloroso característico del verano tropical, quizás nuestro Dios dando como aviso a la desgracia por venir, envío nubarrones oscuros todos llenos de lutos, pues a la misma hora Monseñor Romero se encontraba en la capilla del hospital de la Divina Providencia en San Salvador y una bala certera le atravesó el cuerpo cayendo inmediatamente al piso y posteriormente moriría asesinado.

Este año estamos conmemorando el 30 Aniversario de su martirio, 30 años han pasado y no podemos olvidarlo, también han sido 30 años de puñaladas para los aún sobrevivientes escuadroneros de la muerte en complicidad con los fundadores del partido político ARENA, pues según reporte de la Comisión de la Verdad después de la guerra civil, se inculpo al mayor del ejercito Roberto D Abuinson señalado como responsable intelectual de repudiable asesinato, D Abuinson quien también era el dirigente de los escuadrones de la muerte y fundador del partido ARENA. Con esto queda claro el porque de tanto silencio en los gobiernos anteriores (Areneros) y algunos de turno que se hicieron los que no se recordaban y como dice un refrán “los nunca llegan…y llegan con más fuerza”

Esta conmemoración es y será muy diferente a las demás, pues por primera vez el gobierno de El Salvador le hace un merecido homenaje emitiendo sellos postales, el señor Presidente de la República pedirá perdón al pueblo por tan horrendo crimen y ha dado la voz a las Embajadas y Consulados a conmemorar a nuestro mártir en sus comunidades.

Quiero recordar para los que no vivieron en mi país en esos tiempos de guerra cuando Monseñor Romero se convertía en el líder de la iglesia católica, se había convertido en la “voz de los que no tienen voz” era el guía, el pastor guiando al redil en cada homilía dominical. Recuerdo como se iba convirtiendo en una figura tan amada por todo un pueblo y odiado por los políticos de derecha y los militares.

Monseñor Romero trasmitía sus homilías domínales a través de la radio del Arzobispado YSAX desde 1977-1980. Denunciaba con una voz fuerte y concreta la injusticia contra su pueblo e iglesia, encaraba directamente al régimen opresor del gobierno, los ricos y los fieles servidores de las fuerzas armadas, los acusaba cada vez que podía de la muerte de sus sacerdotes y laicos…Padre Rutilio Grande, P. Alfonso Navarro. P. Ernesto Barrera, etc. Desafiaba a las fuerzas armadas diciéndoles “Si me matan…resucitaré en la voz de mi pueblo” y a los políticos y ricos les replicaba “La violencia la producen todos, no solo los que matan…sino los que impulsan a matar…y todos ustedes están excomulgados , aunque les parezca ridículo la excomulgación como pena espiritual, están excomulgados del pueblo salvadoreño, un pueblo que les grita “Ya no tienen nada que ver con nosotros que caminamos con la esperanza y obediencia a la ley del Señor Jesús”

En eso tiempos Monseñor Romero había sido galardonado con un doctorado Honoris Causa por parte de uno de los centros más intelectuales del mundo: La Universidad de Lovaina de Bélgica, lo que fue un discurso de agradecimiento de parte de Monseñor Romero, también lo fue de denuncia y el último testamento teológico, su facilidad de pensamiento y palabras políticas lo revelaba como un genio al cual el gobierno de turno le tenía mucho miedo por sus denuncias a nivel internacional, su voz se agigantaba y proclamaba la libertad de su pueblo oprimido por décadas por poderosos terrateniente y una fuerza armada al servicio. “Mi voz de protesta no es solo la de mi iglesia, es la voz de todos los hombres hambrientos y sedientos de justicia donde quiera que hayan nacido” decía aquel mártir que en cada una de sus protestas reflejaba su vida y obra.

“Vengo del país más pequeño de la lejana América, pero su nombre es de esperanza, El Salvador en la América Central, un pueblo sufrido y explotados por los hombres ricos y ahora masacrados por las fuerzas armadas del gobierno…vengo a dar las gracias a la Universidad de Lovaina y a la hermana iglesia de Bélgica, este doctorado lo quiero interpretar no tanto como un homenaje a mi persona, sino como un galardón a mi humilde pueblo salvadoreño y la iglesia como un elocuente apoyo y solidaridad para con los sufrimientos de mi pueblo en su inagotable lucha por la liberación. La iglesia católica no solo comparte la esperanza de la liberación, sino que se ha comprometido firmemente en su defensa” termina diciendo nuestro recordado Monseñor Romero.

Después del asesinato quedaría por siempre grabada en el corazón de los salvadoreños y en vez de callar sus mensajes, el pueblo los tomo como gritos de guerra sin importar sus vidas, pues para todos era sabido que su asesinato había sido orquestado en el mismo seno de los políticos de derecha en complicidad con las fuerzas armadas.

Ahora con la llegada de un gobierno de izquierda y Mauricio Funes como Presidente de la República, el señor presidente ha impulsado una serie de actividades culturales en reconocimiento a la memoria de nuestro guía espiritual, es merecido y aplaudido este gesto, como aplauble fue también reconocer como gobierno el asesinato de los sacerdotes jesuitas en 1989. Esperamos también que la iglesia salvadoreña vea esta conmemoración grandiosa como un hecho elocuente de victoria y que mire más allá en dirección de un mandato Divino y no caminar por caminos de conveniencia y que el señor Presidente de la República tome en cuenta a Monseñor Romero en cada una de esas decisiones tan a veces confusas como que parecieran favorecer más a los ricos, decisiones erradas que a nuestro mártir Romero en nada le agradarían si aún estuviera con nosotros…por su memoria AMEN.

Dios mediante que así sea.

*Poeta y escritor salvadoreño,
Residente en Virginia, USA.

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