Publicado el 20 Abril 2010 por Belen Parra
Un mensaje claro a la sociedad es el que puede enviar un verdadero sistema de justicia, en que se valoran las pruebas y se señala a los culpables, otorgándoles la pena que sigue a sus actos delictivos. Esto es mucho más importante cuando esos delitos agreden a la humanidad en su conjunto, como esos delitos de odio racial que pueden agredir a nuestros compatriotas en el exterior.
El expediente Marcelo Lucero, que no es solo un expediente sino un ser humano, un joven ecuatoriano de treinta y siete años que trabajaba en Estados Unidos y fue víctima de un ataque racista en 2008, ataque que produjo su muerte, ha recibido el pronunciamiento de la justicia en la Corte de Riverhead, en el Estado de Nueva York.
Ese mensaje claro y fuerte no solo beneficia a la familia Lucero, que perdió uno de sus miembros y nada puede hacer para recobrarlo, sino especialmente a favor de la comunidad latinoamericana que vive en ese país y podría ser aún víctima de la locura de una “cacería de migrantes hispanos”, como la efectuada la noche del 8 de noviembre de 20008 que terminó con la vida de nuestro compatriota.
El jurado de Nueva York dijo ayer que Joffrey Conroy era culpable del asesinato sin premeditación de Marcelo Lucero, en la localidad neoyorquina de Patchogue, lo que da la posibilidad de una pena de hasta 25 años de prisión y no cadena perpetua como los acusadores habían pretendido.
Sea cual fuere el caso hay un precedente jurisprudencial que en el futuro podrá ser utilizado en otros casos y será aún importante mirar de qué manera se pronuncian en otros casos pendientes, como el de otro compatriota ecuatoriano que se produjo hace más de un año, José Sucuzhañay. Importante y significativo el pronunciamiento de la justicia en este caso de interés para nuestro país y la protección de los derechos de nuestros compatriotas.
Linda Machuca Moscoso
http://lindamachuca.com.ec/2010/04/20/justicia-en-crimen-de-odio/
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