Decimos, en forma general, demos gracias a Dios, por esto, por lo uno, quizá por lo otro y aquello. La razón, el momento y la forma nada importa, El objeto es rendir pleitesía al creador.
Algunas iglesias hacen acción de gracias con mucha pompa y algarabía, usando rituales de Índole festivo, inaugural o tal vez cronometral.
El nombre de Dios, escrito en diferentes idiomas, distintas ideas y concesiones diferenciadas, no oculta la reverencia así ofrendada por los Grupos Occidentales y Orientales de la tierra.
Los grandes maestros de siempre, esos soñadores, creadores de milagros y forjadores espirituales, tales como Jesús de Galilea, Hermes Trimogisto, las tres veces grandes de Egipto, Buda de Nepal en la India y otros, decían, que la forma de expresión perfecta de dar gracias al gran constructor del cosmos, era sencilla y llanamente plena de servicio humilde y benefactor a la casta única humana, nuestra hermana.
Si, pones tu ofrenda, que llevas al altar en son de gracias, en algún sitio y ve a reconciliarte con tu Hermano, si tienes alguna querella con él, de otra manera, tu ofrenda no vale nada y es un acto de alta hipocresía, para tí y para la hermandad.
Algunas mentes ignorantes y arrogantes, suelen expresarse con palabras altaneras diciendo, yo no pido perdón a ese tal por cual, yo pido perdón a Dios y a nadie más.
No hay peor ofensa para el creador nuestro; Que con dulzura y ternura, le dio vida a la madre tierra, pará que en ella viviéramos y nos multiplicáramos, con paz y amor, nos abrezásemos; Pero no, nosotros creamos la guerra entre padres e hijos, destruyendo la vida, la humanidad y desgarrando la tierra.
Usamos títulos de nobleza y vestidos costosos; Pero tenemos el interior lleno de podredumbre, egoísmo, odio, desprecio, y racismo crónico; Tan crónico, que nos parece, que nuestro hijo negrito, es maldición del inexistente Lucifer.
Usamos barreras de contención entre país y país, en nuestros pasaportes, la tarjeta del número maldito, “el 666” nos califican de raza y color.
Nuestra madre tierra, se entrega toda sin medida, sin color, sin raza, ni títulos de soberanos, No usa fronteras, para recibir blancos y rojos. Abre sus entrañas para recibir al juez vendido, al sacerdote hipócrita y mentiroso, y alimenta con sus pechos, al criminal, al estúpido como también al sabio.
Hoy, la tierra se tambalea, persiste una gran Inminente catástrofe, nuestra madre, a pesar de ser joven y fuerte ha sido bombardeada y perforada por los cuatro puntos cardinales, su padre, el sol, le da azotes de fuego, por permitir la violencia en su seno, por no abrirse y tragarse tanta gente malvada.
El hombre, cruel y desalmado, el ser mas perverso que ha albergado la tierra, ha quemado la flora, y con sus herramientas asesinas, ha llevado a la cuasi total extinción de nuestra fauna, por la sed de poder, lleno de un materialismo despiadado.
Todos los minerales de la tierra, se están convirtiendo en elementos nocivos para la humanidad. La basura radiactiva, ya no tiene albergue, la chatarra aérea o espacial, inunda los cielos y los mares. Los desechos nucleares ya no tienen cabida sobre la superficie terrestre.
Pues bien, hombre terráqueo, se ha llegado el gran momento de tu reinvindicación, si quieres ser un héroe y salvar la madre tierra, hoy es el momento; Pero no te valen rezos ni rosarios, ni golpes
de pecho, como hace el judío, si, el judío y el musulmán, el católico y el cristiano supersticioso, no vale la oración; Los templos de todo el mundo lo hacen y no logran parar la perversión ni el hambre en los países pobres y necesitados, cómo el africano, dónde sus pueblos, mueren de inanición por no tener un bocado que comer.
La yoga y la meditación, no son suficientes, el mundo entero. Hacer meditación y ejercicios mentales, eso no alivia los dolores de la tierra. El musulmán, hace tres adoraciones a la Meca, para luego ir a matar sin piedad al hermano, esa forma es diabólica y destructiva, inhumana y perversa. ¡Qué santidad, es igual a la inquisición del Vaticano!
¡Necesitas acción, manos a la obra! Ahora mismo, bota las armas destructoras, claudica el laboratorio de misiles nucleares con su respectiva fábrica, cierra los desiertos e islas de experimentación termonuclear.
La clonación no basta para salvar a la humanidad y la tierra. Los alimentos transgénicos, no tendrán cabida, si la tierra está enferma, ni lo híbrido.
La inseminación artificial, sólo es una carga, no un alivio.
Hombre, si te llamas el rey de la creación, Pruébalo.
Cultiva los bosques, haz brotar las montañas de tus manos, riega la floresta con tu sudor, pon llagas a tus manos con trabajo de construcción no con el sucio dinero que corroe tu mente. La madre tierra, te da frutos de sus árboles y verduras de sus huertos, para que comas bien y seas más saludable.
El creador te dio de compañeros en la vida a los hermanos menores, los animales, que también tienen alma y derecho a la vida.
¿Por qué entonces los matas y te los comes, hombre salvaje y cavernícola? Caníbal, eso es lo que eres, caníbal.
Crees que porque eres del siglo dos mil dos, cinco o veinte, y perteneciente a una civilización de computadoras y viajes espaciales, te da derecho a quitarle la vida a tan nobles seres, pobres hoy, en proceso de extinción, sólo por creerte el rey sabio y poderoso.
Pues bien, anda y dile a tu hermano negro, al blanco, al indio, al pobre, al rico, a esa mujer, a ese hombre, que el tiempo de la unión ha llegado, es hoy, si, hoy, antes que se extinga el agua, que cada vez es menos, aunque de momento nos azote la incontinente lluvia, que es un preludio de la añoranza acuariana que se manifestará, cuando ya no la tengamos, igual que otros planetas muertos.
Hoy, antes que nuestro planeta sea estéril y flote a la deriva, inerte en el espacio.
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