Los medios de comunicación italianos y las organizaciones internacionales han planteado, entre ayer y hoy en día, la noticia de la "gran avance" anunciado por el gobierno cubano.De hecho, el Congreso del Partido Comunista ha aprobado un plan para la reforma económica, presentado por el "líder máximo" Raúl Castro, que proporciona una apertura parcial de la economía de mercado, en un intento de sacar al país de una crisis económica cada vez más pesada. Al tiempo que garantiza el predominio de la situación económica seguirá siendo "la principal forma en la economía nacional", el plan ofrece cierto margen para la inversión privada, extranjera y el autoempleo. Contra esto, sin embargo, también viene un verdadero golpe a los empleados públicos preocupados por los cortes que puedan afectar a cientos de miles de personas.En el documento, sin embargo, en su mayoría carecen de cualquier atisbo de la posibilidad de una reforma política. Una señal clara a la gente y el mundo. El modelo de referencia, aunque no menciona explícitamente, es que los chinos hacen los cubanos más libertad de iniciativa en el frente económico, pero cierra la puerta a los intentos de iniciar una democratización del sistema político. Esta no es la salida definitiva de Fidel Castro, quien reiteró en un artículo en su deseo de abandonar el líder del partido, para cambiar el equilibrio de poder y es poco probable que el nombramiento de nuevos miembros del Comité Central del partido con el fin de hacer una diferencia. Con el debido respeto a aquellos que siguen buscando a Cuba con una especie de afecto nostálgico por un espíritu revolucionario que ha estado fuera ya desde hace décadas y ha dejado al pueblo cubano a la merced de una dictadura que no quiere ceder y renunciar a su poder .
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