Unas son de cal y otras son de arena: ¿Cuál es el precio que debemos pagar los hispanos para lograr una representación?

Unas son de cal y otras son de arena: ¿Cuál es el precio que debemos pagar los hispanos para lograr una representación?


La política es el arte del compromiso, pero todo compromiso debe tener sus límites.
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Jesús Ríos
Editor

A casi un mes de la nominación de los candidatos municipales demócratas del town de Islip, muchas de las pocas personas que están al tanto del tema han expresado disconformidad con la terna. Para muchos como ha sido expresado en medios como facebook, la nominación de Renee Ortiz ha sido muestra de orgullo, pero para otros, quizá con más conocimiento sobre el tema, han sido enfáticos en resaltar el record anti-inmigrante de su compañera de fórmula, Ginny Fields.

Si con la candidatura de Ortiz el partido demócrata avanza un paso, con la nominación de Ginny Fields retrocede cinco. Peor aún, retrocede décadas y con sus nonimaciones lo que hace es borrar gestas heroicas en materia de derechos civiles y con ello demuestra que poco se actualiza con la importancia y desarrollo de la comunidad hispana.

Partimos de un principio: En la vida no se puede tener todo. Ahora bien, pero: ¿será necesario para los hispanos hacer un pacto con el diablo para lograr representación política? ¿Se puede justificar el apoyo a la aliada más cercana de Steve Levy en todo el estado de Nueva York- Ginny Fields- con tal de lograr un puesto? ¿Cuál es el límite que los hispanos estamos dispuestos a poner con tal de lograr representación política? ¿Será producente o contraproducente poner un nombre hispano a la par de la Joe Arpaio neoyorquina? ¿Será inteligente pasearse en nuestra comunidad al lado de Ginny Fields quien hace menos de 3 años hacía toda clase de malabarismos semánticos para justificar la posición anti-hispana de Steve Levy? ¿Hay orgullo y dignidad o esa palabra sólo queda para los días de desfiles y para el mes de la hispanidad ?

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