Conexión El Salvador-EEUU: se necesita de estrategias regionales
Los de Afuera
Por Juan José Dalton
Negociar debe ser el apellido exacto de esta nueva administración de Mauricio Funes, dijo Guillermo Chacón, líder de organizaciones de salvadoreños y centroamericanos en Estados Unidos
SAN SALVADOR - Entre El Salvador y Estados Unidos existe una especie de “amor-odio” en todo sentido, incluso en las relaciones políticas. La derecha se derrite por parecerse a los gringos y a la izquierda le encanta estar con los gringos. ¿Serán nexos ideológicos o identidades contrarias? ¿La obligada vecindad?
El “destino manifiesto” entre ambas partes durante los últimos años ha sido: “los gringos nos exportan pobreza y nosotros les exportamos las maras. ¿Quieren mejor trueque?”.
Sin embargo, también en menos de un año, tanto en El Salvador como en Estados Unidos se han experimentado cambios que comienzan a denotar la posibilidad de una nueva relación entre ambas naciones.
Guillermo Chacón, uno de los directivos de la Red Nacional Salvadoreño-American a (SANN), así como de otras asociaciones radicadas en Estados Unidos, consideró que los cambios que se han dado son “históricos y sin precedentes” en ambos lados. Existen paralelos interesantes que Chacón analiza con ContraPunto, en uno de sus más recientes viajes a San Salvador, como observador del proceso local de cambio.
Durante las tres últimas décadas se han protagonizado en El Salvador dos grandes oleadas hacia Estados Unidos: la que provocó la guerra (1980-1992), que fue de aproximadamente un millón de refugiados. Posterior a la firma de la paz (enero de 1992) y hasta el presente, se han marchado más de un millón y medio de refugiados, con lo que se totalizan cerca de 2,7 millones de salvadoreños residiendo en el extranjero.
Estos salvadoreños envían anualmente más de 3.500 millones de dólares en concepto de remesas familiares (pobres dólares que han sacado de la pobreza a muchos salvadoreños) . El aporte del migrante nunca lo apreció en su justa dimensión, mucho menos se reconoce a quienes han fundado empresas, quienes se forjaron como profesionales e intelectuales y a quienes a decenas de miles de kilómetros de sus lugares de origen, labran también a diario el porvenir también de El Salvador.
“La llegada de ambos presidentes, de Barack Obama, en EE.UU, y de Mauricio Funes, en El Salvador, es histórica. Obama es el primer presidente afroamericanos que llega a la Casa Blanca, y Funes, el primer mandatario progresista de izquierda, que asciende en El Salvador”, recalcó Chacón.
Por otra parte, aseveró que también está el paralelo de que ambos están enfrentando una severa crisis internacional, pese a la popularidad con que fueron votados.
¿Esto cómo les afecta?
“Bueno, la ventaja de Obama es que él tiene mayoría en el Congreso, lo cual le facilitaría las medidas que quiera tomar. Funes va a tener en los próximos tres años una Congreso dominado por partidos conservadores de derecha”.
¿Será bloqueado?
“Es importante recordarle a la gente que, si bien es cierto que el presidente Funes tiene mucho poder, el arte de concertar, construir consensos, o sea, negociar, debe ser el apellido exacto de esta nueva administración”.
¿Cuáles son los paralelos que existen actualmente entre Estados Unidos y El Salvador?
“Creo que ambos, Obama y Funes, fueron muy consistentes en sus campañas en lo que se referían a las propuestas de cambio en casa uno de sus países. Sin embargo, creo también que las derechas, tanto aquí como en Estados Unidos, están también en procesos de cambios”.
¿Cómo crees que Washington está viendo a El Salvador?
“Washington nos ve a nosotros como Centroamérica, como región. Es importante que el gobierno salvadoreño y el resto del área centroamericana hagan énfasis en estrategias regionales. Esto está ligado a la tendencia de crecimiento de las poblaciones inmigrantes en Estados Unidos. El segmento de población que más rápido crece y la más joven es la comunidad hispana; dentro de este bloque, la comunidad centroamericana somos de las cinco grandes concentraciones hispanas: los mexicanos, cubanos, puertorriqueños, dominicanos y centroamericanos”.
¿Qué implica eso?
“Que cada día hay mucha más responsabilidad para que desde aquí y allá se hagan las conexiones trasnacionales, a niveles económicos, sociales y culturales. El nuevo gobierno de El Salvador va a tener una gran ventaja respecto a la relación que tiene con EEUU, pero se debe básicamente a la inmensa comunidad salvadoreña que allá reside. El reto es asegurar que nosotros, los salvadoreños nos sintamos más salvadoreños, que nos sintamos más parte de este país”.
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