Las opciones republicanas en Noviembre
Lialdia.com/ Luis E. Montes Amaya*/ Digámoslo desde el inicio para descartar discusiones estériles: Ninguna elección está decidida hasta que los centros de votación cierren el 6 de noviembre y los votos sean contados. No obstante, las tendencias que muestran las encuestas en distintos estados claves para cada una de las contiendas electorales en juego indican que la verdadera competencia se dará en qué partido controlará la Casa de Representantes.
La campaña del gobernador Mitt Romney desde la convención republicana a finales de agosto no ha logrado remontar la distancia de hasta 6 puntos que le lleva el presidente Barack Obama. Consistentemente el presidente sale mejor evaluados en los estados de Florida y Ohio, claves en el resultado final de esta elección debido al voto del colegio electoral. Por ejemplo, la encuesta de CBS/New York Times/Quinnipiac realizada en el estado de Florida entre el 18 y 24 de septiembre pone al actual ocupante de la silla presidencial 9 puntos por delante de su contendiente republicano.
Si el presidente Obama se agenciara un triunfo en Florida, las posibilidades de Romney para llegar a la Casa Blanca son remotas. De acuerdo a la configuración actual de los estados, Obama cuenta en estos momentos con 237 votos en el colegio electoral. Por su parte, Romney cuenta con 191. Los estados “toss-up” son un total de 9: 4 en la costa este (Florida, Carolina del Norte, Virginia y New Hampshire), 3 en el Mid-west (Ohio, Iowa y Wisconsin) y 2 en el Oeste (Nevada y Colorado).
Con una victoria en Florida, el presidente Obama sube de 237 votos a 266 en el colegio electoral, restándole así sólo 4 votos para alcanzar el número mágico de 270 – votos necesarios para llegar a la presidencia. Bastaría que el presidente gane un estado como Nevada o Colorado donde el creciente número de hispanos han hecho que las encuestas le favorezcan. Los republicanos están leyendo los mismos mapas y saben lo difícil que será el gane en la presidencial.
Miremos ahora el senado. Desde el escándalo del representante Todd Akin en Missouri quien dijo que las mujeres durante una violación “pueden cerrar su sistema [reproductivo] para evitar quedar embarazadas”, las posibilidades republicanas para desbancar a Claire McCaskill sufrieron un fuerte revés. Por otro lado, la contienda electoral en el estado de Massachusetts donde el republicano Scott Brown busca mantener su asiento parecen cada día mas difíciles. Su contendiente demócrata Elizabeth Warren aparece arriba en la mayoría de encuestas; hasta 5 puntos arriba.
Con este panorama, las opciones del partido republicano para el próximo noviembre se ven reducidas a defender la mayoría en la Casa de Representantes. Ellos saben perfectamente que la única manera que podrán detener, mejor dicho obstruir, el avance de la agenda del presidente Obama radica en mantener la mayoría en el Congreso. Actualmente de las 435 posiciones, 240 son republicanas, 190 demócratas y 5 vacantes. En papel, los demócratas tendrían que mantener todas sus posiciones y ganar 22 nuevas curules para lograr la mayoría.
Es por eso que en los últimos días hemos visto que grupos importantes republicanos han pasado de la defensiva a la ofensiva enfocando sus atención, mejor dicho ataques, en distritos congresuales claves para mantener la mayoría. El problema para la agenda de la comunidad hispana con este escenario es que la conformación de la mayoría republicana cuenta con 60 miembros que pertenecen al Tea Party Caucus cuya visión en general y muy en particular su posición en materia de inmigración no encaja con las necesidades de nuestra comunidad ni con la realidad del país.
En el área de Nueva York desde donde se escriben estas líneas, nuestra lucha por cambiar el liderazgo en la Casa de Representantes pasa por la defensa del asiento del distrito 1 ocupado por Tim Bishop quien está siendo retado por un partidario del Tea Party. Recientemente, el republicano ha hecho clara su posición en contra de los asuntos más importantes para la comunidad hispana de esta parte del país. Ha dicho que trabajará para derogar la ley de salud promovida por el presidente Obama, apoya el plan de Paul Ryan para la privatización del Medicare y busca revertir el programa de acción diferida.
Nada está escrito en piedra. La única manera que podemos cambiar el rumbo o hacer de las tendencias una realidad es saliendo a votar el próximo 6 de noviembre.
* Consultor político
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