No se por que me llamo la atención, ver la esquina de la credenza en mi frío sótano.
Al fijar mi vista divise aquella figura calva de lo que un día fue un rostro. Me sonreía con la quijada abierta y de un lado.
Días atrás Gonzalo me la había prestado para servir de modelo en un cuadro que pintaría y titularía “El Playón” y plasmar los efectos de las guerras fraticidas.
Te acuerdas viejo de aquella profesora de letras en bachillerato que te había dejado la tarea de leer a Hamlet de Shakespeare.
Para tu suerte, el fin de semana se trasmitió la película por el cable y te evito leer dos veces la obra para el examen.
Recuerdas la escena cuando toma la calavera y donde dice aquella frase “Ser o no Ser”….?
Como el de la película, la tome y le pregunte:
¿El migrante conserva su identidad cultural. La que alguna vez le perteneció como individuo nacional o la pierde al emigrar?
¿Quienes somos como migrantes?
¿Alcazo el migrante puede llegar a tener su propia identidad como tal?
¿Qué identidad cultural podemos trasladar a las nuevas generaciones nacidas de migrantes?
Usualmente cuando al sujeto migrante se le pregunta sobre su Identidad Cultural, la respuesta es por inercia y simple, entrelazando términos que serian validos si se le preguntara a un sujeto nacional.
Quizá por que así fuimos educados o hemos sido manipulados de forma subliminal o desconocemos su significado, afin a un nuevo contexto o simplemente no queremos aceptar que no tenemos aun, una identidad cultural propia.
Solemos definir identidad cultural a partir de la Naturaleza u origen.
La que agrupa al individuo social por lazos de sangre, raza, tradición y/o nacionalidad basados en el territorio o lugar de nacimiento y/o por el domicilio anterior.
Es obvio que la nostalgia tiene sus efectos, así como la toma de conciencia social que te genera la distancia. Aun que algunos solo llegan a pensar en carros ocho cilindros.
Una vez asumido el papel de espectador tal cual somos y una vez aceptado que ya no formamos parte de esta realidad social de la partimos producto de la migración. Nos creamos la utopia en nuestras mentes de una nación imaginaria, anhelando cambios que ayuden a su desarrollo y progreso.
Retomando los conceptos previos para no olvidar:
La ''Identidad cultural'' es el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia.
“Nacionalidad o Identidad por Nacionalidad” es un hecho social que denota la pertenecía de una persona ligado a un ordenamiento jurídico concreto, Nación, Espacio Físico y/o territorio. Este vínculo del individuo con un Estado concreto le genera derechos y deberes recíprocos.
El frío del sótano y un vaso de agua previo me hicieron recordar que debo visitar a mi amigo el chele bocón. Luego de saludarle. Me veo en el espejo de su habitación y en el, observo el reflejo mi contexto como migrante.
A mi mente se vienen algunos párrafos leídos en el ensayo de mi amiga Sheila Candelario que tuvo a bien compartir y que forma parte de su más reciente obra literaria Geografías Desmentidas.
Mi realidad de migrante…Inmerso entre dos contextos:
El de la nueva sociedad a la cual arribamos. En donde la cultura dominante nos demanda una asimilación de sus patrones culturales, para solo así lograr una completa participación política y ciudadana.
Y nuestra sociedad de origen que no queremos olvidar. La cual niega una ciudadanía política y cultural al migrante basado en que la emigración esta inevitablemente acompañada de un distanciamiento y una degeneración de la cultura originaria.
¿Quienes somos?
Somos el resultado de los efectos de las migraciones masivas impulsadas por los cambios ocurridos en el mundo: la globalización y multipolaridad; Desastres naturales, guerras fraticidas, hambruna…Somos los efectos de la incapacidad de las naciones de retener y maximizar el recurso humano para si, carencias de recursos propios, a su limitada o casi nula generación de fuentes de trabajo que provea un medio de subsistencia para la conservación de la familia y no desintegrarla, inseguridad social, pobreza o simplemente somos parte de un juego de ajedrez de políticos inmersos en la corrupción y la impunidad para gozar de los beneficios de las donaciones y prestamos a que se hacer acreedores las naciones tercermundistas a costa de la dependencia y sumisión.
El migrante hoy en día ya paso a formar parte de esa lista de bienes exportables que generan múltiples beneficios que van desde la generación de un ingreso sin incurrir en costo alguno y por el ahorro en el gastos social, que ya no será incurrido. Un producto de fácil manipulación y adormecimiento, ya que basta un poco del opio de la nostalgia para subyugarlos a una Identidad de Nacionalidad que lo vincule con el Estado para garantizar el flujo de las remesas nostálgicas.
La reciprocidad sale sobrando y el reconocimiento de nuestros derechos ciudadanos igual, mucho menos que estos se toman en cuenta.
Somos aquellos cuyas sociedades de origen nos niegan la ciudadanía política y cultural, basados en la escusa que la emigración provoca un inevitable distanciamiento y una degeneración de la cultura originaria.
Verdad absoluta e irrefutable ya que aun en el presente siglo aun existen naciones que niegan el derecho de voto en el exterior. Tema que solo sale a relucir en tiempos de campaña.
El lo relativo a lo cultural somos marginados por el simple hecho de estar inmersos en sociedades con tendencias alienantes y degenerativas como suelen pensar y vociferar fanáticos ortodoxos, al vanguardismo y al progreso. Que son vistos como el cáncer de la desarticulación del tejido social nacional. Y si el destino te llevo a tocar las puertas del capitalismo y del imperialismo para pedir albergue. Estos estamos más jodidos.
Tejido social: Interesante término. Mi modo te tocara visitar de nuevo a Wiki.
Somos los estigmatizados y reducidos a proveedores de recursos y oportunidades, discriminados y vistos como atrasados por que según los nacionales y brillantes estadistas, aun vivimos en el pasado.
- Lo cual es cierto, de alguna manera… El pasado para el migrante representa su patrimonio y al cual no renunciara, por haberlo cosechado en nuestras naciones de origen y razón de ser de las remesas.
Somos los nuevos imaginarios nacionales fragmentados, diseminados y descentrados que se crean desde las experiencias trasnacionales des-territorializadas por la emigración. Constituyendo nuevos departamentos o estados dentro de la cartografía territorial de las naciones.
- Algo así como el vaticano, viejo.
Somos una población de emigrantes dividida por clase, genero, etnicidad, lugar de procedencia e historia de nuestras raíces para efectos estadísticos y/o estudio de parte de la sociedad de arribo la cual impone su hegemonía al mermar su dignidad, desvalorizar y someter al individuo al no reconocer su propia identidad cultural nacional, homogenizando en una sola categoría: Hispano y/o Latino, bajo el hecho que solo así podrá el individuo migrante lograr una completa participación política y ciudadana.
Somos hoy por hoy la Diáspora Hispana y/o Latina
Individuos provenientes de todas las regiones del continente americano que hacen de los Estados unidos de Norte America su nuevo hogar y al cual contribuyen a su desarrollo haciendo un aporte significativo social y económico, así como a nuestras naciones de origen .
Por ello, lo menos que merecemos es ser tratados con dignidad e igualdad. No ser vistos o tratados como simple mercancía o sujetos de explotación subliminal al manipular un sentimiento puro que nace por convicción, que es el de querer ver el desarrollo y progreso en nuestras naciones de origen.
Somos los que conforman una nueva nación imaginaria multicultural, sin fronteras esperando que se desarrolle libre de los muros del egoísmo, ideologías, partidarismos, intereses propios, envidia, impunidad, corrupción, compadrazgo, etc. Ya que para lo único para que sirvan es para crear divisiones y estancar el desarrollo y progreso.
-No te parece risible pensar que pueda ser realidad, tomando en cuenta que muchos emigrantes no dejaron estos menesteres en sus maletas de equipaje.
-Es cierto y a la vez comprensible, si tómanos en cuenta que quizá es su único medio de sobrevivencia.
Recuerda en dicho de nuestros ancestros. Gallina que come huevos, auque le quemen el pico.
También es cierto que estos se han aprovechado de la ingnorancia de las personas y explotar su ingenuidad, un modus vivendi para esconder su mediocridad. Menos mal, son especies a punto de extinguirse.
Por ahora quizá carentes de una Identidad Cultura propia a causa de la ceguera que el sentimentalismo nostálgico ha impedido que se desarrolle al priorizar, a la que nos venden como Identidad Nacional o quizá por asumir que teníamos una.
Somos los hijos pródigos de esas naciones que no olvidan sus raíces. Somos esos que sin necesidad de pedir estamos pensando en como ayudar a nuestras naciones y familiares.
Identidad Cultural del Migrante.
La cual tenemos la obligación de construir partiendo de nuestro patrimonio, el acervo acumulado con esfuerzo y trabajo. El que nos forjamos en nuestros países de orígenes y que nos negamos a renunciar. Al cual habrá que fusionar con nuevos conceptos provistos o tomados de esta nueva sociedad en la que nos encontramos inmersos y que nos alberga a fin de garantizar nuestra subsistencia y la de nuestras familias, de aquí y de allá. La cual podremos incubar con nuestro talento y conciencia social, innovar y humildemente compartir con nuestros nacionales para que de ella tomen lo que así estime conveniente.
Si estos llegasen a vislumbra que es una alternativa para superar a menor plazo el estancamiento cultural provocado por el mismo hombre y los muros que crea en su entorno para su conveniencia e intereses.
Forjar nuestra propia Identidad Cultural del Migrante que se reconozca como nuestra y que podamos heredar a las nuevas generaciones como un medio de conservar nuestro patrimonio en el exterior.
Hola Jorge,
ResponderEliminarInteresante... yo soy también migrante, latinoamericana en Holanda y comno llegué aquí después de mis 30 años, es muy difícil asimilarse a una cultura tan diferente a la mía. Curiosamente, mi mejor amiga es una chilena que vivió solo 12 años en su país, 8 en España, 1 en UK, 1 en Grecia y casi 25 aquí en Holanda. Y ella declara que no se siente de ningún lado...si tiene que escoger, es holandesa. Piensa y habla en holandés normalmente, le cuesta trabajo hablar español y cuando lo hace, lo habla terriblemente mal, no le interesa nada acerca de Latinoamérica, ni leer o ver televisión o cine en español, vamos ni conocer comida de nuestros países. Se aburre con todo lo latino y no tiene ni idea de la cultura o la forma de vida en Centro y Sudamérica. Y lo raro es que a ella le parece perfecto, a mí se me hace terrible, pero a cada una nos funciona nuestra elección.