Sebastián Piñera será el próximo presidente de Chile. Viene de la derecha que ha tenido que cargar con las acusaciones del golpe estado a Allende, impunidad que causo miles de desaparecidos, asesinados por razones políticas, incluso una derecha culpable durante su dictadura de corrupción, trafico de influencias, enriquecimiento ilícito. ¿Qué hace que el pueblo chileno mucho mas educado por ende informado y con un estable desarrollo económico decida volver a poner en el poder a un descendiente político de Pinochet?
En primer lugar Piñera no solo voto, sino que realizo campaña a favor del NO en el plebiscito que impulso el general Pinochet por el SI para perpetuarse en el poder. Allí esta una notable diferencia entre aquella y la actual derecha. La distinción entre el pasado y el presente tal como en su momento lo hizo Aznar con el franquismo es un paso impostergable que las nuevas dirigencias de la derecha están obligadas a dar si desean construir nuevas redes de confianza con la población. Cuando la confianza llega, se logra credibilidad, luego vienen los votos. El país avanza por que se cometen nuevos errores, no los viejos.
Políticamente Chile esta como El Salvador, pero al revés. La izquierda lleva 20 años en el poder. Esta atraviesa los mismos problemas que ARENA, con la desafortunada situación que los esta viviendo en plena campaña electoral. A la izquierda chilena se le cruzaron las mismas piedras con la cuales se tropezó ARENA. ¿La lección? La superioridad moral, el discurso patológico por las masas, la pureza ideológica con que las izquierdas tercermundistas llegan al poder, se convierte con el tiempo en: un escupir hacia arriba.
El miedo fue utilizado en Chile por la concertación –coalición de izquierda- para asustar al electorado en contra de la derecha. En ideas generales: Pinochet rodea a Piñera, (Chávez-Funes). Igualmente ante la pregunta de la necesidad de la alternancia y que era necesario un cambio hacia la derecha en respuesta la izquierda sostenía: no definamos a priori, (yo no entrego mi país). En relación a que 20 años de un gobierno de izquierda era demasiado se argüía: solo en el tango 20 años no es nada, Chile lleva 20 años de éxitos,(ARENA gobierna mejor) luego la fortuna de 2,000 millones de dólares de Piñera cuyos orígenes –se decía- eran los clásicos negocios sucios de la derecha, donde puede caber desde la explotación al pobre hasta el narcotráfico (el préstamo de Salume a Funes).Y como corolario se adelanta que: frente a un gobierno de derecha la izquierda deberá de colocarse más a la izquierda de lo que hasta hoy ha estado. En traducción del suave lenguaje chileno al rudo salvadoreño esto significa: ¡que va arder Troya en Santiago! ¿Algún parecido con la realidad salvadoreña?
La novela
El primero en desertar del partido oficial fue Alejandro Navarro y funda el MAS; luego ante la negativa del presidente del partido oficial Camilo Escalona para dejar participar en las elecciones primarias al joven senador Marcos Enríquez Ominami decide este emigrar del partido de gobierno. Renuncia Jorge Arrate acusando a la dirigencia de anti democrática. Descalifica Escalona la aspiración del ex presidente Ricardo Lagos. Una aparición mágica de un adorno llamado Miguel Insulza. Hasta allí, presionado se llevan a cabo finalmente las elecciones internas en donde compiten José Antonio Gómez quien perderá ante Eduardo Frei en unas primarias decantadas de forma evidente a favor de este último. (El reality montado por Saca en ARENA)
Deciden Ominami y Arrate, marginado y decepcionado respectivamente presentarse como postulantes a la presidencia separados de su partido. Hasta este momento –hay que hacer notar- ya han perdido una colectividad importante de militantes y simpatizantes. Sostienen algunos que la primera vuelta de las elecciones en Chile este pasado 13 de diciembre fue en realidad las primarias del partido de gobierno. Con todo este embrollo partidario el resultado final fue que perdieron la coalición de gobierno cuatro diputados y dos senadores. Un Piñera con 44,05% y un Frei con 29,60%.
Al notar las bases y cuadros el resultado electoral comenzaron inmediatamente pasadas las elecciones a pedir la dimisión de la dirigencia de toda la concertación. Pero nuevamente notaron que estaban a las puertas de la segunda vuelta y que si continuaban perdiendo el tiempo en discusiones abstractas quizá el resultado en marzo próximo seria aun más desastroso.
Por ahora reina una paz armada en la filas de la concertación y todos están deseosos del milagro de la unidad, pero los egos son tan inmensos que al pasar del tiempo y frente a la percepción de la gente, la derecha parece más progresista que la izquierda. Han manejado sus diferencias de manera poco amistosa y luego realizado una campaña poco profesional. ¿Debe sorprendernos el resultado?
Diluyendo el milagro
Con todo, me llama la atención al analizar el proceso chileno que los fans de la derecha chilena no se parecen a los de la izquierda salvadoreña. Muy independientemente de esa matonería que un sector de la izquierda local haya decidido ganar la guerra mediática en la red creando paginas webs, visitando las existentes copándolas de comentarios a favor del FMLN y en contra de todo lo que huela a derecha, y que eso les haga perder credibilidad a esas opiniones y ser felices a ellos.
Nadie en Chile esta vaticinando el fin de la concertación, sino que se habla de un debate interno intenso. Necesario para Chile y la izquierda. En que después de 20 años en el poder se han convertido en sinónimo de arreglos cupulares y oficialistas antidemocráticos, que hacen la política ya como partido de nomenclatura: desde el aparato público hacia la ciudadanía y no al revés como debe de ser. Con casi todos sus militantes ahora funcionarios dentro del gobierno. Las bases de las poblaciones, sindicatos, estudiantes y federaciones olvidadas; así de 100,000 afiliados solo 3,000 trabajan en la actual campaña. Los que se llevan la mayor parte del trabajo son activistas pagados no militantes.
Ya en la parte de cumplimiento del ideario de izquierdas fallaron ante el pueblo con la reforma laboral, tributaria, sobre el royalty a la minería, han perdido gobernabilidad, han utilizado emblemas de centro izquierda pero manejan la economía como liberales, no mejoraron la red de asistencia social, estuvo ausente la reforma electoral, confundieron ser partido con ser gobierno, se privilegió solo a los allegados del presidente del partido y con esto se destruyo la base histórica de la coalición. El panorama para la segunda ronda no pinta nada bien en las encuestas. Estas dan a Sebastián Piñera un 52,7% y al candidato oficialista de izquierda Eduardo Frei 47,3%. Perderá allá al igual que aquí el oficialismo, con una reducida diferencia.
¡Que viva su fiesta democrática hermanos chilenos!
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