sábado, 30 de mayo de 2009

20 AÑOS DE POLITICA CULTURAL DE LA DERECHA-Marvin Aguilar-Culturologo

…y sobre las mierdas que escriben los intelectuales del régimen en las oficinas soleadas donde avituallan su rigurosa desvergüenza… (Cine, Roque Dalton).


Los expertos culturales salvadoreños sostienen que el principal problema de las administraciones de derecha en el transcurso de veinte años, es que no se ha podido construir una única y correcta política cultural en el país, artistas e intelectuales culpan a la administración cultural de ello, la masa solo lo siente. Pero ¿Qué es una política cultural? La entiendo como la totalidad de principios y normas con los cuales el estado dirige su actividad en el cuido, desarrollo y expansión de la cultura, también la propia actividad estatal en la esfera cultural; estas son: posibilidades de carácter administrativo organizacionales, políticas, jurídicas y financieras.

De esta forma los que sostienen que en El Salvador no existe una política cultural se equivocan, debido a que la misión del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte de El Salvador, es la de articular la política cultural a la estrategia del desarrollo de nación; esto a sido proteger, mantener y hacer avanzar, así como la defensa del patrimonio cultural y artístico nacional. Y esto es ya una política cultural.

Entonces, pienso que la discusión no ha estado correctamente enfocada, la discusión debe ser sobre demandar las leyes y principios los cuales están relacionados con los aspectos culturales definitorios, instrumentales y fundamentales de las distintas actividades relacionadas con las funciones de una única política cultural de un estado. Se puede sostener que ha existido y existe una política cultural, pero improvisada y sin base jurídica.

La cultura obtuvo su rango constitucional en El Salvador en el año de 1939, y desde entonces se han venido redactando diferentes constituciones y siempre se ha incluido el derecho “cultura”, que se ha manifestado en la realidad nacional como Ministerio, Dirección y finalmente como Consejo. El actual Consejo Nacional para la Cultura y el Arte de El Salvador, fue creado por decreto Ejecutivo en 1991 y de acuerdo con su texto original de creación es el máximo organismo rector y facilitador de la cultura en el país. Este Consejo tiene la obligación de: Definir, Conducir y Accionar la política cultural de la nación. Tiene para su funcionamiento un presupuesto anual según el Ministerio de Hacienda de 13, 726,115 $, año 2007.

El primer periodo de la institución es de 1991-1994, y tuvo la tarea de unificar todas las direcciones nacionales y recursos existentes en el gobierno y que tuvieran carácter cultural común. A la vez se inicia con el proyecto “cultura de paz”; lo mismo que con la transferencia de fondos a organizaciones no gubernamentales y se comienza a impulsar la participación ciudadana. Es este un periodo en el cual a mi parecer CONCULTURA fue una de las dos instituciones que más reflejaron el espíritu de los acuerdos de paz.

En este momento se pudo lograr un ente cultural completo, pero por razones –para mi- desconocidas se dejo fuera de la administración cultural, a Radio Nacional y la Dirección de Espectáculos Públicos Radio y Televisión, ambas en aquel momento en el Ministerio del Interior, aun hoy en Gobernación. Se perdió la oportunidad de: constituir la industria cultural nacional, es decir Televisión y Radio Nacional, Dirección de Publicaciones, así como la redefinición de la Dirección de Espectáculos Públicos, al dejar de ser entendida como una dependencia del poder político y no como lo que es: una dirección de carácter cultural, al ser la que regula la industria cultural del país; es decir las empresas relacionadas con la actividad cultural ya sea con carácter comercial e industrial y que se dedican a la producción, distribución, publicidad de todos los productos culturales.

Así mismo se dejo en un limbo oscuro la posibilidad de redactar una nueva, moderna y completa ley de medios de masas, derogando de esta manera el desfasado reglamento de Espectáculos Públicos. Es quizá esto la deuda que desde su nacimiento arrastra CONCULTURA.

Esto lo entiendo así, debido a que una de las causas por la que se este redefiniendo de una manera distorsionada y con anti valores nuestra identidad en ruta hacia la tercera ola viene dada de una mal interpretada libertad de expresión emanada desde una descontrolada industria cultural nacional que nos esta llevando al borde de la arrogancia como manera y conductas consumistas en nuestros jóvenes, así como la preponderancia de una creatividad basada en la copia, una cultura de lo fácil, “orden actual de cosas” que en aquel momento no se visualizaron.

El segundo periodo, 1995-1999 se consolido el proyecto de participación ciudadana junto con la reconstrucción nacional al finalizar la guerra civil salvadoreña. Fue una etapa donde se dedico esfuerzo a la construcción de infraestructura cultural.

Este periodo fue de una implementación de un activismo cultural dinámico y agresivo, más propio de la voluntad de quien presidio la administración cultural que de una política cultural, por lo que se siguió adoleciendo de una basada en la legalidad. Es mas, ni siquiera fue algo que se intento debido a la falta de accesibilidad al poder político desde la presidencia de CONCULTURA. Se volvió la cultura y las artes un paisaje de la vida nacional, algo que no molestara y menos pretendiera interferir de manera sistemática en el sector cultura. Quizá no fuera esa la intención, pero es necesario comprender que si bien el artista no debe ser político partidario, incluso administrador, si todas y cada una de las decisiones que afectan al sector cultura pasan por el tamiz político de la conveniencia, analícese las historias del KGB y de la CIA en este tema si se quiere como casos extremos. En cuanto a la segunda carencia, esta claro que quizá solo en muy raras ocasiones los grandes genios de las artes dirigieron la administración cultural.

El tercer periodo 2000-2004 la institución bajo el perfil intervencionista y adopta un rol de facilitador e impulsador de la cultura y las artes nacionales buscando con esto que fuera la misma sociedad la que generara la cultura, entendiéndose con esto que la cultura ocuparía por fin su sitio en el orden estatal y nacional como base del desarrollo. Aquí es básico comprender dos situaciones: la inaccesibilidad del presidente Francisco Flores (desaparece el Festival de la Paz), y el ingreso del país a la OMC.

Es en este momento que la administración cultural salvadoreña decide dejar de ser un rector y facilitador y convertirse en un alentador y promotor de la cultura. Es fácil deducirlo del comportamiento de la institución a partir del año 2000, en el que a la vez entro en vigencia el acuerdo de la Organización Mundial del Comercio (OMC), denominado: Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), este acuerdo contempla a la cultura como un sector perteneciente al área de servicios, para lo cual deberá garantizarse para este servicio y otros, una liberalización total de la responsabilidad por parte del estado en cuanto proteger al sector cultura, y a la vez garantizar a los proveedores extranjeros de este servicio el acceso efectivo a los mercados nacionales. (Concepto utilizado para todos los bienes y servicios incluidos en el AGCS).

Este mismo acuerdo prevé dos situaciones: la primera, los 151 países miembros pueden definir los sectores que quieren proteger, tales como: salud, educación y cultura con el fin de realizar los objetivos de su política nacional, exenciones del acuerdo que no podrán durar mas de diez años; pero a la vez otorga a estos mismos el derecho de liberalización autónoma; lo que significa que los países miembros podrán acelerar las políticas liberalizadoras propuestas por la OMC.

Todo parece indicar que en el caso de El Salvador, se decidió primero, abandonar desde el 2000 la idea de que el estado es un rector de la política cultural, por que eso lo obligaba a marcar y señalar una serie de medidas para orientar la política cultural nacional es decir leyes en la esfera cultural que regularan y consecuentemente protegieran/subsidiaran la cultura y las artes. Y segundo, prevaleció en los negociadores gubernamentales ante la OMC, el sentido totalizador económico, ya que a la vez se opto por acelerar la liberalización de la intervención estatal de forma unilateral a partir de 2003 con los criterios adoptados por la OMC, en detrimento esta vez de la cultura. Una ley de cultura quedaba así, como una mala palabra.

La exención cultural, surge como una posición francesa frente a la idea de libre comercio de bienes y servicios culturales promovidos por los negociadores estadounidenses con el objetivo de abrir los mercados mundiales a la producción cinematográfica estadounidense. No debe interpretarse esto como una forma deliberada de destruir las culturas de otras naciones, sino como que: desde una posición tecnológica y distributiva superior asegurar el normal y mejor funcionamiento del producto industrial cultural estadounidense.

La defensa cultural francesa es muy sencilla de comprender: El cine es arte, que posee además el componente industrial y económico inherente; la segunda industria más importante para la economía estadounidense después de la fabricación de armas, es el entretenimiento, y aquí entran en juego el cine, la televisión y la música (industria cultural). De esta manera una política unilateral de cualquier país miembro de la OMC de no intervención estatal en materia cultural y artística solo conlleva a la permisión irrestricta en los mercados nacionales de la producción extranjera, que para el caso salvadoreño es estadounidense y mexicana (Dialogo Nacional de la Cultura-Octubre-2007).

El mismo acuerdo AGCS comprende la necesidad de que deberá darse un trato especial a los países en vías de desarrollo, como el caso salvadoreño que no están en condiciones de competir en igualdad de condiciones tanto en calidad y tecnología en mercados internacionales de: cine, televisión y la música. Pero al optar por acelerar unilateralmente las medidas liberalizadoras del AGCS se impuso a la esfera cultural nacional los criterios económicos en boga y con ello se anula cualquier intento nacional de regir con una política desarrollista la cultura y las artes nacionales.

Desde este punto es mas fácil comprender por que CONCULTURA se ha dedicado mas a alentar y promover desde 2004 los mecanismos para que la sociedad (que no fue y no esta preparada) desarrolle la cultura nacional, desentendiéndose la administración estatal cultural de esta función.

¿Será momento de comenzar a poner de moda el termino excepción cultural en el país? Mi opinión es que si.

Desde el 2004 al presente 2009, convergen en la administración algunas variables que nunca antes estuvieron presentes: la institución llegaba a su mayoría de edad; el presidente nombrado por el presidente Saca no solo llegaba desde las filas de ARENA, sino que además era diputado, y escritor de segundo nivel. Esto le daba una capacidad de liderazgo que hasta ese entonces ninguno de sus antecesores gozaron. Pero se ha continuado con la idea de ser facilitador e impulsor. Pensando que dirigir la cultura desde el gobierno no es tarea del estado y que quien así lo demande es ingenuo, ya que es más realista crear los mecanismos que alienten y promuevan la cultura y las artes dejando así que sea la sociedad “como única dueña de la cultura” la que inicie el desarrollo cultural del país.

Al respecto puede hacerse el siguiente análisis: Primero, ¿Es valido transpolar conceptos económicos para la cultura y las artes nacionales? Si. ¿Es una variante pensar que en el sector cultura tal como lo sostienen en economía, el estado es el problema y no la solución? Si. Ahora ¿Es de justicia hacer las mismas intervenciones que los neo-conservadores han realizado en la economía mundial, con una cuasi-nacionalización en grandes y vertebrales empresas? Si, y no reconocerlo cuando menos, no es conservadurismo, es terquedad y soberbia; ya que pretender como en el caso Ruso, liberalizar sin restricciones el mercado y esperar que la población se auto eduque y consecuentemente se auto proteja es abandonar al ciudadano a un capitalismo salvaje y voraz. Es el momento de renunciar ala anti-cultura que nos ha instalado el anti capitalismo.

Sostener entonces la ideologia que sea la sociedad la que desarrolle la cultura y las artes, cuando menos en el caso salvadoreño, no se requiere ser un filosofo de la cultura, para notar que no funciono y que ya no es viable.

En otras consideraciones: se dice que la discriminación puede ser activa o pasiva, es activa cuando se decide matar a alguien por el color de piel. Pasiva cuando se ignora un sector de la población, ¿No es esto lo que se ha venido haciendo con los indígenas en este último tiempo? ¿Es posible que durante esta administración se haya intentado con o sin conocimiento una teocratización de la cultura? ¿Cómo se fracturo ese equilibrio tan cuidado a lo largo de quince años por todas las administraciones anteriores, y se llego al descontento generalizado en el sector cultura del país? ¿Por qué la institución que había venido sumando dependencias, de repente pierde un valioso recurso como canal 10 de televisión? ¿Cómo el habitual saludable descontento del sector cultura se transformo en una visceral critica a la gestión 2004-2009? ¿A qué se debió la notable ausencia de actividad artística cultural para el pueblo en ocasión de la Cumbre Iberoamericana? ¿A que causas se debe que no se ejecute todo el presupuesto anual y que debido a esto, esos fondos sean transferidos de CONCULTURA hacia otros gastos? Y finalmente: ¿Por qué no se presento un plan nacional de cultura fin ultimo de ese maravilloso esfuerzo del dialogo por la cultura?

Seguimos: se han llevado a cabo eventos muy notables como el día nacional de las pupusas, un festival de la canción, y el dialogo nacional por la cultura, congresos de payasos. Valiosos aportes culturales sin duda, pero los cuales a excepción del decreto legislativo en relación al día nacional de las pupusas, para el futuro quedaran las otras a la discrecionalidad de las futuras autoridades de CONCULTURA llevarlas a cabo o no. Incluso a pesar que todos estos aportes son parte de la cultura popular, ¿Por qué no se creo una unidad del artista popular?

No es tampoco valido aquí argumentar todas las mejoras y ampliación a la red de casas de la cultura a nivel nacional, las reconstrucciones o reaperturaciones de distintos espacios culturales cerrados, ya sea por motivo del conflicto armado o por los terremotos, de igual que los apoyos a las ong´s culturales y similares financiaciones a festivales artísticos, ya que esa es la labor lógica de la administración cultural gubernamental, considerar esto como logros de una política cultural particular o agenciarla a una política cultural estatal es ignorar las funciones y obligaciones de un estado moderno.

II El gran ausente en el vocabulario cultural nacional

¿Que es constitucionalismo cultural? Son las disposiciones y declaraciones incluidas en la constitución vigente de un país, sobre la libertad de pensamiento, expresión, y creación así como la relación de un estado con la defensa de los derechos de autor, también los derechos culturales de la persona humana además incluye la defensa del patrimonio cultural nacional.

Esto así se comprende debido que estos derechos se encuentran en la mas alta jerarquía normativa del país. Aquí debemos entenderlo como: las inclusiones constitucionales, creación de leyes o reformas a las vigentes, que no solo garantizan un marco legal cultural sino que igualmente permiten redactar una legislación cultural que sistematiza su actividad procesal.

En El Salvador el constitucionalismo cultural lo encontramos en los artículos: 1, 6, 32, 53, 62, 64, de la Constitución salvadoreña, es necesario repetir aquí, que el concepto “cultura” posee carácter constitucional desde la Constitución de 1939, así como que, la actual y vigente Constitución salvadoreña fue aprobada en medio de una guerra civil por la Asamblea Constituyente el 15 de Diciembre de 1983.

Articulo 1, se refiere a la obligación del estado de asegurarle entre otros a la persona el goce a la cultura.

Entre otros derechos de la persona humana el artículo 6, menciona que: se garantizará a todos la libertad de pensamiento y palabra, siempre que esta no subvierta el orden y la moral establecidos, ni lesione el honor y la vida privada de los demás, así como que nadie puede ser por causa de examen, censura ni caución privado de expresar sus opiniones pero responderá por los delitos que cometa haciendo uso de este derecho. Este artículo se complementa con la idea siguiente:

“Se garantiza la libertad de información en todas sus formas, así como también su independencia al no poder ser estos medios estatizados o nacionalizados por expropiación o bajo ningún otro procedimiento, de igual estas no podrán establecer tarifas distintas o hacer otro tipo de discriminación de carácter político o religioso. “Se garantiza el derecho de respuesta” Y finalmente menciona: “todos los espectáculos públicos serán objetos de censura”.

Sostengo que la competencia del articulo 6, esta referida al derecho cultural, pero debido a la historia política latinoamericana siempre se interpreto como un derecho político ideológico, algunas veces partidario o de seguridad estatal y nunca cultural( ¿Acaso también la cultura no es cuestión de seguridad del estado?), y es sencillamente por este motivo que la cultura no desempeña un rol significativo en la vida nacional, ya que fue, y continua siendo usurpado por la visión errónea antes señalada, error primigenio –no haberlo entendido así- desde la creación de CONCULTURA.

En los siguientes literales pretendo demostrar que el artículo 6 y los derechos allí dados pertenecen a la esfera cultural.

1) En el artículo se menciona a la industria cultural, y este concepto es poco conocido en el lenguaje político, así como en la terminología culturologica nacional; de igual es necesario comprender el estado de guerra civil que se vivía en 1983 y que un primer momento la presente constitución pretendía responder aun momento determinado.

2) Pero luego vino la paz, y si estamos de acuerdo que el artículo esta hablando de la industria cultural, encontraremos la total ausencia de una legislación cultural nacional en este campo, por mencionar algunos ejemplos: legislación cinematográfica o fonográfica.

Huelga decir que CONCULTURA, posee una dirección de publicaciones, que en la realidad tiene el carácter de ley de promoción del libro. El Ministerio de Educación un canal de televisión, los Ministerios de Gobernación y Defensa Nacional una radio, cada uno en frecuencia y amplitud modulada.


3) Cuando el artículo 6 ordena que los espectáculos públicos deberán ser sometidos a censura previa, claramente ordena la redacción de una ley de medios de comunicación, y en relación con esto en El Salvador existe desde 1940 el reglamento de Espectáculos Públicos, Radio y Televisión, y por supuesto en las condiciones actuales –decíamos antes- dicho reglamento es obsoleto.

Aun es posible destacar que, dicho reglamento así como su cumplimiento son competencia del Ministerio de Gobernación, a través de la Dirección de Espectáculos Públicos Radio y Televisión, y no de CONCULTURA, prosiguiéndose con la idea de que la “censura o evaluación” son competencia de un ministerio político y no de materia cultural, de igual forma los demás medios de comunicación como la televisión por cable o telecomunicaciones están bajo la superintendencia de comunicaciones, desentendido totalmente del análisis cultural en sus funciones, ya que solo observa los detalles técnicos.

Finalmente las funciones de la prensa ya sea televisada, radial o escrita no están completamente claras ni entendidas como industria cultural.

4) En este punto es posible entender por un lado que hay una incongruencia jurídica entre el constitucionalismo cultural al que aspira nuestra constitución y la realidad, y por otro lado aunque el estado de El Salvador es propietario de una industria cultural no la organiza como tal; de igual el único reglamento relacionado con esto, esta en un desfase y desorden funcional.

Para demostrar aun mas nuestra posición es posible traer otro ejemplo: como ya hicimos notar la Dirección de Publicaciones de CONCULTURA, así como los otros medios de información del estado que son de carácter cultural, no están de ninguna forma relacionados entre si, entorpeciendo con esta ausencia de relación aun mas el concepto de industria cultural.

Llegados a este punto, ¿Por qué no ha sido posible la unificación en una sola organización para estatal de: Televisión Educativa, Radio Nacional de El Salvador, y la Dirección de Publicaciones? para crear de esta manera la primera y única gran industria cultural nacional, (véase las formas utilizadas en Inglaterra o España). De igual: ¿Por qué no se a planteado el traspaso de las funciones de la Dirección del Espectáculo Público Radio y Televisión del Ministerio de Gobernación a CONCULTURA? Son cuestiones que se nos aparecen como un modelo para armar.

El articulo 32, nos pretende explicar que: “la familia es la base fundamental de la sociedad y es deber del estado protegerla; para esto deberá garantizar la leyes así como crear los organismos y servicios apropiados para la integración, bienestar y desarrollo de esta, -entre otros- de la cultura”, con el objetivo de lograr el desarrollo económico y social de la familia.

En mi opinión, es en este artículo precisamente que claramente nuestra constitución ordena y faculta al poder político crear un marco legal en materia cultural, pero hasta nuestros días ni tan solo un proyecto o iniciativa de ley ha sido presentado para una ley de cultura en la Asamblea Legislativa. Y por eso los expertos salvadoreños en materia cultural sienten la ausencia de una política cultural, por el simple hecho de que no existe un marco cultural legal al cual recurrir.

El articulo 53, se refiere a el derecho a la cultura que es inherente a la persona humana; en consecuencia, es obligación y finalidad primordial del estado su conservación, fomento y difusión. Según criterio de Edwin Harvey jurista argentino, nos encontramos con una confusión en la redacción del artículo; debido a que se puede confundir el derecho personal a la cultura, con los valores (materiales o espirituales) culturales.

El argentino complementa su critica con una comparación de otras constituciones latinoamericanas, en las cuales esta confusión no existe, debido a que hay un referente de donde asistirse para una interpretación clara de a que derecho cultural se esta refiriendo el articulo en mención, en las mismas constituciones.

Yo apoyo esta posición, por que este análisis sostiene mi tesis de que: no existe una coherencia en el constitucionalismo cultural salvadoreño, ocasionando con esto una violación al derecho universal de la persona a los derechos culturales, repercutiendo consecuentemente en una no planificada política cultural de parte de la administración cultural.

Articulo 62, declara: “la lengua oficial de la República de El Salvador es el castellano, y las demás lengua autóctonas serán (como patrimonio histórico cultural) protegidas por el estado”. Existe con la redacción de este artículo una inconformidad por parte de los indígenas salvadoreños en cuanto a que solo se les contempla como cultura material y no espiritual. Algo que podría, sostienen mejorarse con la ratificación por parte del estado del convenio de OIT #160. Discusión que ha venido siendo evadida desde la administración cultural.

Articulo 63, “es obligación del estado garantizar la salvaguarda del patrimonio cultural así como de la riqueza artística, histórica y arqueológica nacional”. Sujetando esta a una ley especial para su conservación. Ley que ya fue redactada durante estos veinte años y esta en vigencia.

Además, quiero llamar la atención sobre este artículo, debido a su referente histórico, ya que su antecedente lo encontramos en la constitución de 1939, año en que fue incluido al rango constitucional el derecho “cultura”. Es este la génesis de lo que podríamos llamar el constitucionalismo cultural salvadoreño. Y si tomamos el espíritu de esta inclusión de 1939, encontraremos la idea de –desarrollo- en el. Con la clara intención de la intervención estatal, para alcanzar este desarrollo cultural nacional.


Pienso, que en el presente momento de la realidad nacional es posible rescatar este espíritu original de la intervención estatal en la esfera cultural, para desarrollar la cultura nacional hacia la independencia total, y no para controlarla por omisión como ha sido la norma los últimos años.

Sostengo que, aprobando una ley cultural permitiría integrar todas las actuales leyes -y su subsiguiente desorden-, así como todas las dependencias relacionadas con la cultura en una sola institución con un objetivo claro de que hacer con el tema cultural.

De igual se resolvería el problema de las responsabilidades e interpretaciones constitucionales y legales en materia cultural las cuales ahora solo son posibles hacer por la Asamblea Legislativa y en caso de que algún interesado lo solicite.

Esta falta de claridad es la que ocasiona una difusa tarea a la administración cultural, y es la causa directa de las carencias que sienten artistas y trabajadores y relaciones de la cultura en el país.

Entendiéndonos que, queremos bajo los ideales de la democracia occidental construir una única y clara política cultural y seriamente pretendemos evitar la frustración cultural nacional, aparece como la oportuna salida la legislación cultural, de esta manera cualquier política cultural que se pretenda o planifique por parte del estado podrá ser efectiva y no mas improvisada; así la política cultural nacional podrá auto desarrollarse y modernizarse con los nuevos valores, conductas, comportamientos de vida de los salvadoreños (ultimo interesados y actores de este proceso) y no correr el peligro de depender de criterios e ideologías políticas.

Finalmente el artículo 64, define ala bandera, escudo e himno nacionales de El Salvador. Delegando en una ley secundaria la regulación de esta materia.

En la primer parágrafo de este articulo, definí que política cultural incluye en si misma como concepto no solo las normas, sino que también principios; de esta manera mi oferta de donde buscar estos postulados emanan de las ideas que aporto el dialogo nacional por la cultura del año 2007, es decir: la tolerancia, la equidad y la concertación con los cuales se quiere rehacer un nuevo concepto de cultura en la vida nacional de El Salvador.

Pero ¿Cómo reestructurar nuevos conceptos culturales? Se deberá comenzar con la transformación de la actual idea patrimonial que sobre cultura poseen los salvadoreños, el cual hace continuada la injusta estructura social del país, ya que esta basada mas en unas tradiciones machistas y en creencias mitológicas; para llevarla hacia una idea educativa de cultura, que tiene como base la razón, conocimiento, religión, la cual ayuda al ser humano a entender los complicados procesos socio-culturales exteriores e interiores, que se están produciendo en esta transformación global que vive el planeta.

Conclusiones

Nos debatimos en la derecha política nacional en una idea única: reorientar el rumbo económico; ¿De cómo lograrlo?, ¿De por qué El Salvador no crece económicamente? Y así esta problemática y sus leyes han ido invadiendo todos los quehaceres públicos, incluyendo la cultura. Una de sus leyes a afectado el quehacer cultural gravemente: (La no intervención estatal); la administración cultural siempre dice lo que no hará, pero no esta claro lo que esta haciendo o vaya a realizar. Esta política de la OMC impulsada desde 1947, que significa incluir en el libre tráfico de bienes y servicios a la cultura ha sido aceptada como dogma agustiniano, sin ningún debate.

Intervenir o no en la cultura y las artes por parte del estado es la pregunta inicial a responder si se quiere establecer una política cultural nacional basada en el desarrollismo; yo sostengo que la intervención no es mala, lo que esta en discusión es que clase de intervención se realizara. Ya organismos como UNESCO, especifican el importante papel del gobierno en la creación de la industria cinematográfica nacional, considerando para ello un desarrollo de políticas activas para la creación de un marco jurídico adecuado, cofinanciado películas y estableciendo un programa de formación de profesionales. Por otro lado el crecimiento económico de 4.5% experimentado por el país el año 2007 fue posible por el apoyo gubernamental timidamente iniciado al sector agrícola en el 2006, política que se había abandonado en los últimos años por impulsar el crecimiento en los servicios.

Entonces, si realizamos una analogía de este postulado hacia la cultura en general la intervención no es mala, introducimos aquí: la exención cultural como una norma traducible a terminología económica: El derecho nacional a mantener y proteger nuestra cultura desligando todos los bienes culturales del concepto de libre trafico de bienes y servicios de la OMC y la forma es una política desarrollista para la cultura nacional, que posea metas y objetivos precisos, y nos parece acertado el concepto de: un tiempo máximo, tal como lo propone el mismo acuerdo de la OMC.

Pero abordemos ejemplos de la teoría económica que defiende la liberalización y no fiscalidad estatal: puedo mencionar dos formas de intervención estatal permitidas; la primera contra los mono, dúo o oligopolios (caso USA); de igual lo relacionado con el equilibrio ecológico duradero, auto-perpetuado, dentro de la tierra, es decir cada vez más hay una conciencia clara de que el libre juego de fuerzas económicas bajo el tradicional sistema liberal no garantiza un sano ambiente ecológico, por lo tanto la tendencia económica actual admite la introducción de medidas en pro del equilibrio ecológico. En mi opinión la cultura posee el mismo rango de la ecología y por lo tanto la intervención estatal debe ser contundente.

Nuestra posición ideológica no esta y no tiene que estar en contradicción con esta practica. La intervención estatal bajo la óptica desarrollista no solo es viable sino también necesaria para nuestra concreta realidad cultural. De allí que tres grandes ejes para construir una política cultural han estado ausentes durante veinte años y es esa, la gran deuda histórica que se hereda al país hoy: una ley de cultura que de creación al Ministerio de Cultura, y una definición de los roles de Deportes y Turismo como una esfera del sector cultura; así como todo un conjunto y fusiones articulado e interdependiente de leyes y reformas políticas y administrativas; también la fundación de un sistema educativo cultural dentro del sistema educativo nacional que abarque desde la educación primaria hasta la superior; de igual consideramos que la venta de los productos comerciales salvadoreños, la tan anhelada mejora de la imagen nacional solo es posible con una diplomacia pública cultural vinculada al turismo y el comercio. Y finalmente la descentralización efectiva y no solo declarativa como hasta hoy a sido la norma de la cultura a otros actores de la vida nacional como la empresa privada (ley de diversidad cultural o de deducción de impuestos por inversiones en el sector cultura); medios de comunicación (convenios para apoyar el nuevo cine salvadoreño y fomento de la lectura); y municipalidades (transferencia a estas de las Casas de la Cultura); que busca comprometer a la sociedad ahora sí tomada en cuenta para que comience su preparación para auto manejar como única dueña, la cultura y el arte nacional entendiendo con este proceso el valor cultura, fortaleciéndolo y conservándolo todos juntos. ¿Hubiesen sido necesarios prometer catorce compromisos al inicio de la gestión 2004-2009, si tan solo se tuviera claridad de objetivo? No. Por que ahora no se estaría ante la necesidad de justificar los incumplimientos. ¿Qué sentido tenian ahora en la campaña del 2009 para el sector cultura los compromisos del candidato Ávila, si no se cumplen por los funcionarios después? Ninguno.

Las ideologías más perversas del recién pasado siglo de la humanidad, Comunismo y Fascismo, pretendieron los primeros, ideologizar el arte y los segundos el esteticismo. En la actualidad esos ídolos ya fueron derribados. Primero por que un artista comprometido le es útil a la política, no al arte, y que frente al natural proceso del arte, durante la creación artística continuamente se suceden nuevas y variadas estéticas. No es bueno, entonces someter a una nueva ideología económica ortodoxa a la cultura nacional.

En El Salvador desdichadamente en muchas partes continuamos viviendo a dos velocidades y una y otra vez, es este el obstáculo del salvadoreño: la ausencia del factor creatividad, esta carencia a instalado en las mentes de los salvadoreños y salvadoreñas, el miedo y le ha dejado el único recurso de la violencia. Hacia la creatividad solo nos conducirá un proceso donde la búsqueda y experimentación -proceso- tan arraigado en las artes; sean impulsados por una clase dirigente responsable y coherente con el objeto patria. Una sociedad más involucrada con su cultura y sus artes se vuelve democrática y ese debe ser nuestra divisa hoy para hacerle frente ala nueva era informacional. Hay que tener necesidad de cultura, sin esta, nunca llegaremos a tenerla.


El autor es culturologo, fue miembro y redactor de la mesa de cultura, Plan de Gobierno ARENA 2009

Bibliografía
Documento: «Dialogo nacional por la cultura», CONCULTURA, San Salvador, 2007.

Constitución Política de la República de El Salvador, Editorial LIS, San Salvador, El Salvador, 2001

www.concultura.gob.sv/institucional

www.mh.gob.sv/presupuestos

jueves, 28 de mayo de 2009

LA DOTRINA DEL MESTIZAGE Y LA CREACION DEL ESTADO SALVADOREÑO-Virginia Tilley

El Salvador es el país “más mestizo” de Latinoamérica, o por lo menos eso es lo que se ha repetido constantemente. Hasta que Adrián Esquino Lisco atrajo alguna atención pública (principalmente escéptica) a un pequeño movimiento indígena en la década de los ochenta, los salvadoreños incluso decían que el país no tenía población indígena, a diferencia de Guatemala con su considerable “problema indígena”.

A pesar de esto, los salvadoreños admiten sin problemas que hay comunidades indígenas viviendo en las zonas de Nahuizalco, Izalco, Santo Domingo de Guzmán, los Nonualcos, y Morazán. Es más, en partes de la zona occidental las mujeres todavía se visten con refajo y emplean lenguaje indígena, y hay comunidades enteras que todavía se consideran a sí mismas y a sus vecinos como ‘indígenas’.

Pero la mayoría de los salvadoreños negarían que son “indios auténticos”, argumentando que han perdido su vestimenta y su lenguaje y se han “convertido en mestizos” en la mayoría de las cosas que importan.

Estas contradicciones sugieren un acertijo. ¿Es la población salvadoreña totalmente mestiza con algunos restos anacrónicos de sentimiento étnico indígena? ¿O es que la idea de una mezcla racial completa sirve principalmente para absolver a la nación de confrontar viejos y nuevos racismos? ¿Y es relevante esta pregunta en El Salvador de hoy, con sus ardientes problemas políticos de pobreza y alineación política? Si es así, ¿cómo y porqué?

El estudio del pensamiento racial bajo una perspectiva comparativa globalEl estudio de las políticas de raza y etnicidad requiere primero determinar cómo se entienden las identidades en un sitio específico, pues dependiendo del lugar las mismas etiquetas pueden referirse a contenidos diferentes. Para tomar un ejemplo obvio, la identidad “mulato” es importante en Brasil pero no existe en Estados Unidos donde la “regla de una gota” de sangre africana divide a la población en “blancos” y “negros”. Este tipo de diferencias también se aplica a la indianidad. En Latinoamérica los criterios para ‘ser indígena’ se centran alrededor del vestuario y el lenguaje.

En Estados Unidos y Canadá, por contraste, los “Indians” se definen más que todo por su ascendencia biológica y cosmovisión, pues los vestuarios e idiomas indígenas han sido abandonados o están reservados para ocasiones ceremoniales.

Sin embargo, surgen complicaciones cuando se cuestionan las ideas locales de identidad. A primera vista en El Salvador la indianidad también se centra alrededor del doble criterio de idioma y vestuario, en parte porque el modelo maya, a unos cuantos kilómetros de distancia, descansa sobre esos sólidos y coloridos cimientos étnicos. Pero la importación simplista del modelo maya en el entorno étnico salvadoreño no ilumina las dimensiones más sutiles de identidad indígena que operan en El Salvador. La identificación de estas ideas requiere de un enfoque etnográfico. Además, para comprender su vigor y tenacidad es necesario explorar sus orígenes históricos y la lógica que les da vida.

Dicho estudio requiere prestar atención detallada al contexto local y también una perspectiva geográfica más amplia. Las ideas y valores salvadoreños sobre los temas de raza y etnicidad se nutrieron no solamente de la experiencia local sino también de discursos globales de nacionalismo y construcción de naciones que cuajaron en las décadas de 1910 y 1920 cuando el mestizaje salvadoreño empezó a tomar forma. En consecuencia, en El Salvador ‘ser indio’ se debe entender como una adaptación a dinámicas continentales que inyectaron en las relaciones locales nociones adicionales urgentes y agendas relacionadas con la construcción de la nación e inclusive la seguridad del estado.

Indianidad SalvadoreñaComo en el resto de Latinoamérica, en El Salvador el discurso sobre temas indígenas está influenciado por el pasado colonial. En términos breves, la “historia oficial” de los nacionalismos latinoamericanos modernos es que los poderes y las culturas de los grupos indígenas de la pre-conquista (como los mayas, incas y aztecas) fueron totalmente erradicados por la conquista. En consecuencia, las culturas indígenas de hoy, ya sean celebradas o despreciadas, son artefactos del régimen colonial y no tienen derecho legítimo a reivindicar los derechos o la soberanía de sus antepasados. Esta afirmación puede parecer empíricamente correcta, si se trata como una pregunta estrecha de ciencia social. Pero no se puede separar de sus implicaciones políticas: servir a proyectos de construcción de naciones obviando cualquier reconocimiento del sentimiento anti-colonial que persiste entre los pueblos indígenas y negando demandas de soberanía sobre el territorio nacional que puedan cuestionar la legitimidad de las naciones modernas.

De cualquier forma, a través de las Américas los grupos indígenas rechazan el argumento invocando la memoria colectiva o la tradición oral de conquista y desposesión para justificar sus movimientos por derechos colectivos.

De la misma manera, en El Salvador la sociedad dominante separa la indianidad moderna de los orígenes de la nación en el mítico Cuscatlán. Un giro salvadoreño a esta táctica discursiva es que los pipiles, como sugiere la interpretación de pipil como “infantil”, siempre fueron una sociedad relativamente retrasada sin pretender a la dignidad y grandeza de los estados mayas vecinos.

Esta idea común es probablemente el producto de mala historiografía. De acuerdo con Salvador Barberena, así como el arqueólogo William Fowler, la traducción más precisa de pipil es ‘noble’, que viene de pipiltzin, la palabra que se usaba para la casta más elevada de la vigorosa sociedad que habitaba la región a la llegada de los españoles. Las fuentes contemporáneas y la evidencia arqueológica indican que Cuscatlán era un estado de envergadura con un ejército permanente, fácilmente equivalente en poder a los grandes estados mayas del período. Su población puede haber llegado al millón de personas y mantenía una rica agricultura con vastos y sofisticados sistemas de irrigación y un comercio a larga distancia muy activo que llegaba hasta Tenochtitlán en el centro de México. Sin embargo persiste el mito del retraso de los pipiles. Por ejemplo, el lenguaje turístico insiste en promover a El Salvador como parte del ‘Mundo Maya’, sin mencionar la civilización nahua.

Hasta años recientes las historias oficiales de El Salvador posterior a la conquista han mostrado la tendencia a omitir totalmente la presencia indígena, con la excepción de la mención excepcional de “los factores” indígenas en la famosa Matanza. Los archivos explorados especialmente por Aldo Lauria Santiago, Patricia Alvarenga y Erik Ching, entre otros, muestran que esta omisión refleja menos una revisión objetiva que una omisión racista.

En el período colonial “ser indio”se identificaba con pertenecer a una casta trabajadora oprimida y degradada, pero las comunidades indígenas mantenían su cohesión interna por medio de cofradías y extensas tierras comunales. Con la independencia el país experimentó una continua letanía de revueltas y levantamientos indígenas, comenzando con el levantamiento de Anastasio Aquino (1833) y repitiéndose década tras década durante el siglo diecinueve. Las reformas en la tenencia de la tierra en la década de 1880 provocó una convulsión de conflictos raciales a lo largo del país cuando las comunidades indígenas resistieron el fraude en la privatización de tierras y la pérdida de derechos colectivos y representación ante el estado. El lenguaje empleado por todos los participantes en estos conflictos reconocía que estaban moldeados por las relaciones raciales. La retórica de los indígenas revela que el sentimiento anti-colonial todavía permeaba su visión del mundo.

La Matanza de 1932 se debe comprender teniendo en mente su historia: no como una revuelta campesina con un ángulo racial sino como la última convulsión de la rebelión indígena contra el colonialismo. Para 1931 los indígenas estaban perdiendo rápidamente sus parcelas, su ingreso de subsistencia e incluso las modestas compensaciones del clientelismo ladino, al mismo tiempo que el sistema de peonaje por deudas transfería la tierra a los ladinos. El movimiento comunista solamente proporcionó el fósforo que dio fuego a este material combustible de resentimiento étnico. La revuelta en sí, sus slogans, liderazgo, blancos y metas, sugieren una “guerra de razas”, con grupos indígenas asaltando los emblemas del poder ladino. La represión subsiguiente indicaba las mismas dinámicas raciales. Ciertamente el ejército desempeñó un papel asesino en los primeros días y semanas. Pero el alcance genocida de la Matanza (cuya escala no se conoce con precisión pero que decimó y devastó a las comunidades indígenas) fue responsabilidad de grupos civiles ladinos y autoridades municipales que desearon con particular inquina “que se extermine de raíz la plaga”.

Sin embargo, la comprensión de la Matanza como una convulsión local de tipo racial no explica plenamente ni la furia de la represión ni el más tardío hecho de borrar (burocrática e ideológicamente) la presencia indígena. Estos factores también reflejaban los entornos hemisférico y global del pensamiento nacionalista salvadoreño. Para la década de 1920 los constructores de naciones estaban en todas partes definiendo sus proyectos en términos raciales.

Es decir, se decía que cada nación era singular en virtud de su carácter racial único, que merecía y requería su propio estado. Al mismo tiempo, la “ciencia” racial europea proponía que blanco era mejor que negro y que la pureza era mejor que las mezclas, mientras que las “razas inferiores” (como los negros y los indios) eran una amenaza a la civilización.
Para confrontar el futuro pesimista que este modelo vaticinaba para los proyectos nacionales de Latinoamérica, los intelectuales latinoamericanos reaccionaron prontamente con el famoso discurso del mestizaje, que proponía que el gran futuro de la humanidad estaba realmente en la mezcla de razas. La noción de “la raza cósmica”, institucionalizada en el “Día de la Raza” y celebrada en canciones y poemas, rápidamente arrasó por el continente en parte porque era útil para conceptualizar el rechazo anti-imperialista del hemisferio a los ‘sajones del norte’.

Para la década de 1940 la idea de “raza” como categoría científica había sido desacreditada y a mediados de siglo se había excluido del censo de la mayoría de los países. Pero la admirable posición de rechazar la diferencia racial permaneció anclada a la doctrina políticamente instrumental de fusión racial. La supuestamente ilustrada doctrina de mestizaje celebra la indianidad como algo antiguo, noble y romántico, separado cómodamente de la realidad, valioso solamente como símbolo de la unidad de la nación. La indianidad como identidad distinta, como pueblos reales con culturas vividas y sentimientos reivindicadores, era no solamente retrógrada, un impedimento al avance y al progreso económico, sino también sediciosa: un defecto racial atávico en naciones que ahora descansaban en la fusión racial para justificar su posición en un escenario internacional racializado.

En todas partes este contexto hemisférico y global de geopolítica racializada se adaptaba a las
condiciones locales. En El Salvador el mestizaje se puede seguir de cerca en las partidas de nacimiento, donde ‘mestizo’ sustituyó la antigua terminología de ‘indio’ o ‘indígena’ y ‘ladino’, a veces de la noche a la mañana.

Pero estos cambios bruscos en los registros administrativos representaban un cambio de política y no de percepción social. La ‘mesticización’ del registro civil, más que reflejar las relaciones etno-sociales que todavía persistían en el terreno, las escondía. De hecho, los estudios etnográficos realizados desde la década de 1970 han indicado que lo indígena ha seguido siendo un factor social importante en partes de la zona rural de El Salvador. Ciertamente que el vestuario y el lenguaje declinaron, pero no debido a la Matanza. Los cambios en estas prácticas étnicas se originaron más en factores como la escuela, donde el lenguaje indígena fue cruelmente estigmatizado, y la pobreza, que limitó la compra del traje indígena en los mercados maya.

Escondido en los rincones del país, lo indígena sobrevive en formas ocultas hasta el día de hoy.
Se puede argumentar que esta etnohistoria presenta el torturado presente del país bajo una nueva luz. En otras partes del mundo se reconoce que las antiguas masacres, genocidios y los llamados “etnocidios” han dejado a las poblaciones supervivientes intimidadas, insulares, y resentidas. Estas situaciones no se curan negándolas. Requieren rendimientos de cuentas públicos, procesos de verdad y reconciliación de varios tipos. En El Salvador se ha negado sistemáticamente el legado de la horrible violencia racial hasta el punto en que se ha negado la misma existencia de la población indígena en el país, su participación política se pone de lado como oportunismo político, pálida emulación de los movimientos de los maya y de otros pueblos indígenas famosos. Sin embargo, cualquier visita a estas regiones con la mente abierta encuentra que la identidad indígena importa seriamente en la política local, en parte debido al firme convencimiento de la gente de que su pobreza y miseria son todavía el resultado de un sesgo racista en contra de los indígenas, como con frecuencia es el caso. Para confrontar este racismo es necesario reacomodar algunos elementos básicos de la identidad nacional salvadoreña. Esta tarea puede ser necesaria si se va a dar comienzo, en estas partes del país, a una recuperación más profunda de la ciudadanía.

REFLEXIONES- AURELIO BALDOR - Jguz

Recibí este file de una amiga con el título “Se acuerdan del libro de Baldor” en este momento se me vino a la mente relacionar aquel libro con el que aprendí a Leer, pero me equivoque se refería al otro, el que me acompaño en mi vida de joven, adolecente y universitario. Toda una vida.

Al fin identifique de que libro se trataba, corrió el recuerdo del rostro de Hipatia, una fulana diestra con los números nacida en Alejandría y que en mi época de estudiante, había pintado a lápiz y que despertó la admiración por la belleza fémina. Al finalizar mi recorrido por el contenido del file, me di cuenta de mi ignorancia, ya que el personaje de quien se trata siempre había atribuido sus raíces a un país Arabe.

Las palabras de aquel célebre “Yo solo sé que no sé nada” me cayeron al dedo. La tristeza también me embargo al conocer el final de este ilustre, imaginándome su epitafio, en el cual tal vez habrán escrito algo para recordar su talento “Ironías de la vida -Victima de la soledad y de la sabiduría del hombre”

Abran este archivo y recuerden viejos tiempos. En silencio rindan un tributo solemne a un personaje que quizá sin quererlo nos marco un destino a muchos. Contribuyendo con su saber y legado a nuestro crecimiento académico.

Aurelio Baldor, el autor del libro que más terror despierta en los estudiantes de bachillerato de toda Latinoamérica, no nació en Bagdad. Nació en La Habana, Cuba, y su problema más difícil no fue una operación matemática, sino la revolución de Fidel Castro. Esa fue la única ecuación inconclusa del creador del Algebra de Baldor, un apacible abogado y matemático que se encerraba durante largas jornadas en su habitación, armado sólo de lápiz y papel, para escribir un texto que desde 1941 aterroriza y apasiona a millones de estudiantes de toda Latinoamérica.
El Algebra de Baldor, aun más que El Quijote de la Mancha, es el libro más consultado en los colegios y escuelas desde Tijuana hasta la Patagonia. Tenebroso para algunos, misterioso para otros y definitivamente indescifrable para los adolescentes que intentan resolver sus "misceláneas" a altas horas de la madrugada, es un texto que permanece en la cabeza de tres generaciones que ignoran que su autor, Aurelio Angel Baldor, no es el terrible hombre árabe que observa con desdén calculado a sus alumnos amedrentados, sino el hijo menor de Gertrudis y Daniel, nacido el 22 de octubre de 1906 en La Habana, y portador de un apellido que significa "valle de oro" y que viajó desde Bélgica hasta Cuba sin tocar la tierra de Scherezada.

Baldor, el grande
Daniel Baldor reside en Miami y es el tercero de los siete hijos del célebre matemático. Inversionista, consultor y hombre de finanzas, Daniel vivió junto a sus padres, sus seis hermanos y la abnegada nana negra que los acompañó durante más de cincuenta años, el drama que se ensañó con la familia en los días de la revolución de Fidel Castro.
"Aurelio Baldor era el educador más importante de la isla cubana durante los años cuarenta y cincuenta. Era fundador y director del Colegio Baldor, una institución que tenía 3.500 alumnos y 32 buses en la calle 23 y 4, en la exclusiva zona residencial del Vedado. Un hombre tranquilo y enorme, enamorado de la enseñanza y de mi madre, quien hoy lo sobrevive, y que pasaba el día ideando acertijos matemáticos y juegos con números", recuerda Daniel, y evoca a su padre caminando con sus 100 kilos de peso y su proverbial altura de un metro con noventa y cinco centímetros por los corredores del colegio, siempre con un cigarrillo en la boca, recitando frases de Martí y con su álgebra bajo el brazo, que para entonces, en lugar del retrato del sabio árabe intimidante, lucía una sobria carátula roja.
Los Baldor vivían en las playas de Tarará en una casa grande y lujosa donde las puestas de sol se despedían con un color distinto cada tarde y donde el profesor dedicaba sus tardes a leer, a crear nuevos ejercicios matemáticos y a fumar, la única pasión que lo distraía por instantes de los números y las ecuaciones. La casa aún existe y la administra el Estado cubano. Hoy hace parte de una villa turística para extranjeros que pagan cerca de dos mil dólares para pasar una semana de verano en las mismas calles en las que Baldor se cruzaba con el "Che" Guevara, quien vivía a pocas casas de la suya, en el mismo barrio.
"Mi padre era un hombre devoto de Dios, de la patria y de su familia", afirma Daniel. "Cada día rezábamos el rosario y todos los domingos, sin falta, íbamos a misa de seis, una costumbre que no se perdió ni siquiera después del exilio". Eran los días de riqueza y filantropía, días en que los Baldor ocupaban una posición privilegiada en la escalera social de la isla y que se esmeraban en distribuir justicia social por medio de becas en el colegio y ayuda económica para los enfermos de cáncer.

Algebra del exilio
El 2 de enero de 1959 los hombres de barba que luchaban contra Fulgencio Batista se tomaron La Habana. No pasaron muchas semanas antes de que Fidel Castro fuera personalmente al Colegio Baldor y le ofreciera la revolución al director del colegio. "Fidel fue a decirle a mi padre que la revolución estaba con la educación y que le agradecía su valiosa labor de maestro..., pero ya estaba planeando otra cosa", recuerda Daniel.
Los planes tendría que ejecutarlos Raúl Castro, hermano del líder del nuevo gobierno, y una calurosa tarde de septiembre envió a un piquete de revolucionarios hasta la casa del profesor con la orden de detenerlo. Sólo una contraorden de Camilo Cienfuegos, quien defendía con devoción de alumno el trabajo de Aurelio Baldor, lo salvó de ir a prisión. Pero apenas un mes después la familia Baldor se quedó sin protección, pues Cienfuegos, en un vuelo entre Camagüey y La Habana, desapareció en medio de un mar furioso que se lo tragó para siempre.
"Nos vamos de vacaciones para México, nos dijo mi papá. Nos reunió a todos, y como si se tratara de una clase de geometría nos explicó con precisión milimétrica cómo teníamos que prepararnos. Era el 19 de julio de 1960 y él estaba más sombrío que de costumbre. Mi padre era un hombre que no dejaba traslucir sus emociones, muy analítico, de una fachada estricta, durísima, pero ese día algo misterioso en su mirada nos decía que las cosas no andaban bien y que el viaje no era de recreo", dice el hijo de Baldor.
Un vuelo de Mexicana de Aviación los dejó en la capital azteca. La respiración de Aurelio Baldor estaba agitada, intranquila, como si el aire mexicano le advirtiera que jamás regresaría a su isla y que moriría lejos, en el exilio. El profesor, además del dolor del destierro, cargaba con otro temor. Era infalible en matemáticas y jamás se equivocaba en las cuentas, así que si calculaba bien, el dinero que llevaba le alcanzaría apenas para algunos meses. Partía acompañado de una pobreza monacal que ya sus libros no podrían resolver, pues doce años atrás había vendido los derechos de su álgebra y su aritmética a Publicaciones Culturales, una editorial mexicana, y había invertido el dinero en su escuela y su país. La lucha empezaba.
Los Baldor, incluida la nana, se estacionaron con paciencia durante 14 días en México y después se trasladaron hasta Nueva Orleans, en Estados Unidos, donde se encontraron con el fantasma vivo de la segregación racial. Aurelio, su mujer y sus hijos eran de color blanco y no tenían problemas, pero Magdalena, la nana, una soberbia mulata cubana, tenía que separarse de ellos si subían a un bus o llegaban a un lugar público.
Aurelio Baldor, heredero de los ideales libertarios de José Martí, no soportó el trato y decidió llevarse a la familia hasta Nueva York, donde consiguió alojamiento en el segundo piso de la propiedad de un italiano en Brooklyn, un vecindario formado por inmigrantes puertorriqueños, italianos, judíos y por toda la melancolía de la pobreza. El profesor, hombre friolento por naturaleza, sufrió aun más por la falta de agua caliente en su nueva vivienda, que por el desolador panorama que percibía desde la única ventana del segundo piso.
La aristocrática familia que invitaba a cenar a ministros y grandes intelectuales de toda América a su hermosa casa de las playas de Tarará, estaba condenada a vivir en el exilio, hacinada en medio del olvido y la sordidez de Brooklyn, mientras que la junta revolucionaria declaraba la nacionalización del Colegio Baldor y la expropiación de la casa del director, que sirvió durante años como escuela revolucionaria para formar a los célebres "pioneros". La suerte del colegio fue distinta. Hoy se llama Colegio Español y en él estudian 500 estudiantes pertenecientes a la Unión Europea. Ningún niño nacido en Cuba puede pisar la escuela que Baldor había construido para sus compatriotas.

Lejos de la patria
Aurelio Baldor trató en vano de recuperar su vida. Fue a clases de inglés junto a sus hijos a la Universidad de Nueva York y al poco tiempo ya dictaba una cátedra en Saint Peters College, en Nueva Jersey. Se esforzó para terminar la educación de sus hijos y cada uno encontró la profesión con que soñaba: un profesor de literatura, dos ingenieros, un inversionista, dos administradores y una secretaria. Ninguno siguió el camino de las matemáticas, aunque todos continuaron aceptando los desafíos mentales y los juegos con que los retaba su padre todos los días.
Con los años, Baldor se había forjado un importante prestigio intelectual en los Estados Unidos y había dejado atrás las dificultades de la pobreza. Sin embargo, el maestro no pudo ser feliz fuera de Cuba. No lo fue en Nueva York como profesor, ni en Miami donde vivió su retiro acompañado de Moraima, su mujer, quien hoy tiene 89 años y recuerda a su marido como el hombre más valiente de todos cuantos nacieron en el planeta. Baldor jamás recuperó sus fantásticos cien kilos de peso y se encorvó poco a poco como una palmera monumental que no puede soportar el peso del cielo sobre sí. "El exilio le supo a jugo de piña verde. Mi padre se murió con la esperanza de volver", asegura su hijo Daniel.
El autor del Algebra de Baldor se fumó su último cigarrillo el 2 de abril de 1978. A la mañana siguiente cerró los ojos, murmuró la palabra Cuba por última vez y se durmió para siempre. Un enfisema pulmonar, dijeron los médicos, había terminado con su salud. Pero sus siete hijos, quince nietos y diez biznietos, siempre supieron y sabrán que a Aurelio Baldor lo mataron la nostalgia y el destierro. (Revista Dinners, Colombia-2000).

FESTIVAL DE CINE DOCUMENTAL EN EL SALVADOR


El Cine como Bandera Nacional de El Salvador
Marvin Aguilar, culturologo.

Existe consenso que en cine hoy solo hay buenas noticias. Los cineastas han superado incluso con un “compromiso histórico” las “eternas” tensiones entre lo comercial y el arte. El éxito comercial de una película ya no esta considerado “sospechoso”. Y el cine ambicioso fuera de la corriente dominante se ha liberado de la imagen elitista del cine arte. Los multicines y los cineclubes van hoy de la mano. Las historias que cuenta el cine contemporáneo son tan variadas como las personalidades de quienes lo hacen. Existe la perspectiva del cine de autor, como la muestra Win Wenders en su mas reciente película, “Palermo Shooting”, y al mismo tiempo un cine globalizado, que supera la categorías de lo nacional, representado por la estrella de la generación actual, Fatih Akin, un hamburgués con raíces turcas. Así escribía Peter Hintereder, sobre el cine alemán el año pasado, en la revista Deutschland.
Yo, he comenzado desde la cátedra de análisis cinematográfico, con diez y seis alumnos de la carrera de comunicaciones, en el oriente de El Salvador, un cine club y la producción de seis documentales sobre temas locales que a la vez suceden en varias partes del mundo, VIH, Prostitución, Los Niños en la Calle, El Cementerio, La Vida en los Parques, La Policía Nocturna. Un trabajo que pasa primero por liberar a los alumnos de una serie de comprensiones sobre el mundo, presiones culturales de provincia, prejuicios religiosos y por ende morales, así como una cosmovisión limitada. No menos importante es que de seguro yo, para ellos soy un revoltoso ateo, libertino, amoral, incitador de ideas contra el decoro y las normas correctas de los usos, al que solo le hacen caso, por ser este documental su examen final de la materia que imparto. Así estamos haciendo cine, y por ende muy aleccionador para todos. Es como yo, le llamo: “La Experimentación del Instinto” a esta producción de seis documentales que se convertirá en el Primer Festival de Cine Documental de San Miguel, en junio y julio de 2009. Hemos ya pautado en un canal local “Tropivisión” tres días de cine foro para que en su franja sobre la comunidad se pasen para ser vistos por los migueleños. El esfuerzo no solo se queda en la provincia, esperamos exhibirlos en el Centro Español y el Café La T, en San Salvador.
¿Por qué lo hacemos? Pues por que alguien tiene que hacer arte social en esta polvorienta ciudad. Pienso que es la única forma de hacer vivir a los migueleños la experiencia que he hecho pasar a estos diez y seis alumnos. Que mis paisanos entiendan los significados de los temas antes apuntados, que estos se suceden delante de sus ojos, despertarles la sensibilidad que de posible las altas temperaturas pudieron haber quemado. Me sentiría satisfecho de haber logrado que las evidencias que los alumnos han visto al compartirlas con los espectadores sea este un cambio colectivo en cuanto a temas tabúes. Busco la irrealizable tarea de destruir la doble moral, a través de la educación comunicativa.
Por motivos de mis estudios el verano del 2004 asistí al festival Latinoamericano de cine en Los Ángeles, tuve la oportunidad de conversar con un variado grupo de hispanos relacionados con la actividad Hollywoodense : Julieta Ortiz, mexicana que realizo el papel de una inmigrante indocumentada salvadoreña que llega a Nueva York a trabajar como domestica; un salvadoreño que lleva años establecido trabajando en el área de cine internacional de Hollywood; y otro compatriota ubicado en una red independiente de distribución de películas interesado por ahora en cine latino. En la actualidad son un aproximado de 45 millones de latinos en USA, y para el año 2050 serán 102 millones, de esta manera el mercado latino solo promete crecer y durante el tiempo que viví en Europa noté que: “lo latino” esta de moda; de allí que para comenzar a filmar en El Salvador es buen momento. Hay futuro.
En principio es bueno, pero la forma, modo y sentido de hacer cine pasa primero por una ley de cinematografía que faculte fundar una Comisión Nacional de Cine, que a su vez se integre con personas que comprendan cuales son las tendencias en la actualidad, y estas por ahora debido a que ya nada o casi nada es posible sea nuevo en el cine son violentas, básicamente son: irreverentes, de alto contraste y alternativas, y si queremos entrar al mercado internacional –que será al fin y al cabo el que determinara si nuestro cine tiene calidad y éxito- ; deberá de ser en este tono, a menos claro que los productores y cineastas salvadoreños estén preparados para ofrecer una vanguardia cinematográfica diferente a las ya estancadas o a las tendencias post-modernistas.
El tropiezo del cine en El Salvador, lo descubrí al tratar de hacer cine en San Miguel. Hay que reconocer sin embargo que esto es históricamente con lo que el cine ha tenido que enfrentarse de forma sistemática ya sea activa y pasivamente: la censura. Enfrentarla ha permitido llegar al grado de desarrollo y libertad que posee actualmente el cine. Así que a la par de una ley y una Comisión Nacional de Cine, se impone como segundo objetivo un replanteamiento de la Dirección de Espectáculos Públicos, en el sentido de ser una entidad con una ley que evite los vacíos y arbitrariedades, de igual adscribirla a CONCULTURA, para ser una dirección integrada por Sociólogos, Abogados, Psicólogos, Artistas, Filósofos; que podrán argumentar, discernir y explicar de forma plural y sistemática las pautas culturales vigentes que la era de la información encabezada por USA y a la cual nos han montado por hoy nos mueven. El problema con Espectáculos Públicos es que no termina de encontrar la coherencia; se nos dice libertad económica, pero se nos restringe la vista, es decir: debemos de comprender que no se puede enviar tropas a Iraq a defender la democracia y pensar en prohibir espectáculos en el país. De no corregirse esta practica el cine nacional tarde o temprano se vera afectado por esta falta de coherencia con el consecuente desanimo en su desarrollo. Una censura que comprenda que: las reglas del arte son la estética y no la moral y mucho menos la religión ayuda a la formación de un pueblo. Solo así se revertirá la idea de que se ha desarrollado el no desarrollarse.
Un tercer elemento a considerar es: que de los modelos de administración cultural (excepción y auto financiación) vigente hasta nuestros días en la esfera cultural internacional, y tras un análisis basado en las condiciones culturales y políticas en el país el que se impone es el de excepción en una idea desarrollista por parte del estado. Así que las grandes líneas que intervienen en el cine como son: la formación de Directores, Actores y Técnicos, Producción, Temas, Escenarios, Géneros y donde y como distribuir, emanan de la Política Cultural del Estado y el cine necesita una Política Cultural Nacional así como una Política Cultural Internacional, el cine gravita en estas dos esferas del quehacer de CONCULTURA. En lo nacional debemos de entenderlo como el epicentro cinematográfico, para lo que deberá contar con todas las facilidades posibles. Esto es: desde un protagonismo –repito- promover la creación de una cátedra universitaria de Directores, Actores y Técnicos que dará una categoría de profesión liberal a las personas que se especialicen en esta área. Por supuesto se comienza con lo que se tiene, como nosotros en San Miguel. Pero se prepara para el futuro. La producción, por ahora debería ser subsidiaria, así como apoyada en convenios de cooperación con la televisión privada, agencias de publicidad y municipalidades y organismos internacionales. Planteo una especie como mínimo de nuestro Canadian Film Board para comenzar.
La catarsis nacional, nos la dará el cine. Avanzar –quiero decir- en la comprensión de que significa apertura, transparencia, tolerancia, inclusión social, solidaridad y todos esos valores que promueve el MINED en el sistema educativo del país. Uno de nuestros problemas básicos al rodar en San Miguel he notado, es que queremos ignorar, y cuando esto sucede consciente o inconscientemente se pretende huir, y la necesidad de evasión es miedo, falta de valor, es miedo a ser descubierto, de quedarse solo, de adquirir conciencia, de no podernos mentir a nosotros mismos, de vernos obligados a saber y pensar, de sentirnos responsables, de no poder fingir mas. Y el cine ofrece esta forma masiva de explicar y entender nuestra realidad y destruir la doble moral que tanto daño nos causa. A mi juicio solo desde esta perspectiva podremos hablar de un cine salvadoreño en el mercado cinematográfico internacional. Hacer cine en San Miguel, en El Salvador, es ya una cuestión de salud mental.


Un cuarto elemento a destacar se puede encerrar en la pregunta: ¿Qué perseguimos cuando hacemos cine? lo primero es el nacer de una nueva bandera nacional. La actual revolución tecnológica manda apresuradamente el nacimiento de la imagen de El Salvador en el exterior, y en cine esto es: un “astro”, nuestros: Dolores del Rio, Rodolfo Valentino, Gaél García Bernal, Carmen Miranda, María Félix, Penélope Cruz o nuestros hacedores grandes como un: Luis Buñuel o Pedro Almodóvar. Este rostro cultural al que nos referimos esta fuertemente relacionado con un beneficio turístico, pues es bien sabido en Europa que promocionar un país sin vender antes cultura es difícil y que solo tras el arte van el turismo y los productos salvadoreños es la formula por un lado de contrarrestar la idea de violencia, pandillas, terremotos y pobreza que se tiene de El Salvador en el exterior e incluso de sacarle partido, ya que estos también son realidades en L.A., NYC, Londres, Madrid, Génova, Rio de Janeiro. Por otro la oportunidad de los medios de comunicación de incidir en la formación de la otra cara salvadoreña y proyectarla.

Decir: vamos hacer cine, es bueno en principio, la actual gestión de CONCULTURA, perdió a pesar de haberlo prometido hace cinco años, la excelente oportunidad de sus manos. La oportunidad de haber comenzado a bordar la nueva bandera nacional a través de un cine innovador, por la sencilla razón de ser salvadoreño, desconocido o exótico, además de respetuoso de la pluralidad, exigente en cuanto a la calidad, lúdico, multidisciplinar, no sesgado y no parcial.

He estudiado y visto en Rusia, Alemania y España sus comienzos y actualidades, tal como lo transcribía al principio de este artículo ese lejano feliz del cine alemán hoy. Es posible realizarlo en el país. Material hay. Créanlo o no, El Salvador supera a la ficción.

sábado, 16 de mayo de 2009

CAMBIO SOCIAL UNA UTOPIA O REALIDAD VIABLE-MONOLOGO-jguz

De nuevo visitando a Wiki? Y hoy que buscas.

-El significado de Cultura, pero me llamo la atención el párrafo que encontré para dar sentido de alguna manera a mi inquietud acerca del acontecer y coyuntura actual. El Cambio o cambio social, que se pregona por doquier.

¿Una utopía o una realidad viable?

...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.

UNESCO, 1982: Declaración de México

¿Que opinas viejo?

Somos optimistas de que pueda ser una realidad viable, pero también somos de la opinión que ello dependerá de nosotros mismos y que tan críticos constructivos queramos ser de nuestro pasado para capitalizar las experiencias y construir algo mejor para el presente y futuras generaciones

Habría que reconocer que el centro de todos los males, es el mismo ser humano para pensar ver hacia el futuro. Actuar, más que descargar nuestra impotencia o resentimientos criticando todo lo pasado sin darnos cuenta que fue creado por el mismo hombre y como se le quiera llamar: Ideologías, teorías económicas, sistemas sociales. A ello hay que agregar otros de su misma autoría, evitando hacer o restar importancia por conveniencia a sus propios intereses como: erradicar la ignorancia, la pobreza, la irresponsabilidad con la naturaleza, etc.

Estarse quejando y acusar por doquier solo nos lleva más que a una pérdida de tiempo en palabrerías y lloriqueos.

La coyuntura actual demanda acción y probar con hechos, más que hablar pajas o crear justificaciones que pretenden tapar el sol con el dedo: La mediocridad, intereses particulares, la corrupción, la impunidad y complicidad, etc.

Para garantizar un cambio social, es el mismo hombre en que tiene que cambiar primero, asumir una conciencia social, humanizarse, buscar ser un mejor ser día a día.

Ello requiere de un proceso, el cual se debe asumir con responsabilidad, adoptando un rol más participativo y aportando lo que esté en nuestra capacidad de aportar por convicción.
Devolver algo de lo que hemos recibido e igualmente si consideramos no haber recibido nada. Para que ello sea viable es necesario un terreno fértil libre de la cizañas.

Ya sabes corrupción, cuello blanco, compadrazgo, impunidad, complicidad, etc.

Nuestro compromiso en procura de este cambio:

Contribuir a sensibilizar el medio ambiente para crear conciencia social y momentos de reflexión. Trabajar por que la se erradique la ignorancia, difundir la cultura a través de las artes como uno de sus medios de expresión, abogar por la integración multicultural que eliminen las fronteras, proyectar al hispano y/o latino con cultura, contribuir al desarrollo cultural de las naciones.

Cual seria tu compromiso.

Tienes que involucrarte y formar parte de esta cruzada para hacer que esta una utopía se haga una realidad concreta, no una realidad aparente, como es lo usual.

IDENTIDAD CULTURAL CONTINUACION -MONOLOGO-Jguz

No se por que me llamo la atención, ver la esquina de la credenza en mi frío sótano.

Al fijar mi vista divise aquella figura calva de lo que un día fue un rostro. Me sonreía con la quijada abierta y de un lado.

Días atrás Gonzalo me la había prestado para servir de modelo en un cuadro que pintaría y titularía “El Playón” y plasmar los efectos de las guerras fraticidas.

Te acuerdas viejo de aquella profesora de letras en bachillerato que te había dejado la tarea de leer a Hamlet de Shakespeare.
Para tu suerte, el fin de semana se trasmitió la película por el cable y te evito leer dos veces la obra para el examen.

Recuerdas la escena cuando toma la calavera y donde dice aquella frase “Ser o no Ser”….?

Como el de la película, la tome y le pregunte:

¿El migrante conserva su identidad cultural. La que alguna vez le perteneció como individuo nacional o la pierde al emigrar?
¿Quienes somos como migrantes?
¿Alcazo el migrante puede llegar a tener su propia identidad como tal?
¿Qué identidad cultural podemos trasladar a las nuevas generaciones nacidas de migrantes?

Usualmente cuando al sujeto migrante se le pregunta sobre su Identidad Cultural, la respuesta es por inercia y simple, entrelazando términos que serian validos si se le preguntara a un sujeto nacional.

Quizá por que así fuimos educados o hemos sido manipulados de forma subliminal o desconocemos su significado, afin a un nuevo contexto o simplemente no queremos aceptar que no tenemos aun, una identidad cultural propia.

Solemos definir identidad cultural a partir de la Naturaleza u origen.
La que agrupa al individuo social por lazos de sangre, raza, tradición y/o nacionalidad basados en el territorio o lugar de nacimiento y/o por el domicilio anterior.

Es obvio que la nostalgia tiene sus efectos, así como la toma de conciencia social que te genera la distancia. Aun que algunos solo llegan a pensar en carros ocho cilindros.
Una vez asumido el papel de espectador tal cual somos y una vez aceptado que ya no formamos parte de esta realidad social de la partimos producto de la migración. Nos creamos la utopia en nuestras mentes de una nación imaginaria, anhelando cambios que ayuden a su desarrollo y progreso.

Retomando los conceptos previos para no olvidar:

La ''Identidad cultural'' es el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia.

Nacionalidad o Identidad por Nacionalidad” es un hecho social que denota la pertenecía de una persona ligado a un ordenamiento jurídico concreto, Nación, Espacio Físico y/o territorio. Este vínculo del individuo con un Estado concreto le genera derechos y deberes recíprocos.

El frío del sótano y un vaso de agua previo me hicieron recordar que debo visitar a mi amigo el chele bocón. Luego de saludarle. Me veo en el espejo de su habitación y en el, observo el reflejo mi contexto como migrante.

A mi mente se vienen algunos párrafos leídos en el ensayo de mi amiga Sheila Candelario que tuvo a bien compartir y que forma parte de su más reciente obra literaria Geografías Desmentidas.

Mi realidad de migrante…Inmerso entre dos contextos:

El de la nueva sociedad a la cual arribamos. En donde la cultura dominante nos demanda una asimilación de sus patrones culturales, para solo así lograr una completa participación política y ciudadana.

Y nuestra sociedad de origen que no queremos olvidar. La cual niega una ciudadanía política y cultural al migrante basado en que la emigración esta inevitablemente acompañada de un distanciamiento y una degeneración de la cultura originaria.

¿Quienes somos?

Somos el resultado de los efectos de las migraciones masivas impulsadas por los cambios ocurridos en el mundo: la globalización y multipolaridad; Desastres naturales, guerras fraticidas, hambruna…Somos los efectos de la incapacidad de las naciones de retener y maximizar el recurso humano para si, carencias de recursos propios, a su limitada o casi nula generación de fuentes de trabajo que provea un medio de subsistencia para la conservación de la familia y no desintegrarla, inseguridad social, pobreza o simplemente somos parte de un juego de ajedrez de políticos inmersos en la corrupción y la impunidad para gozar de los beneficios de las donaciones y prestamos a que se hacer acreedores las naciones tercermundistas a costa de la dependencia y sumisión.

El migrante hoy en día ya paso a formar parte de esa lista de bienes exportables que generan múltiples beneficios que van desde la generación de un ingreso sin incurrir en costo alguno y por el ahorro en el gastos social, que ya no será incurrido. Un producto de fácil manipulación y adormecimiento, ya que basta un poco del opio de la nostalgia para subyugarlos a una Identidad de Nacionalidad que lo vincule con el Estado para garantizar el flujo de las remesas nostálgicas.
La reciprocidad sale sobrando y el reconocimiento de nuestros derechos ciudadanos igual, mucho menos que estos se toman en cuenta.

Somos aquellos cuyas sociedades de origen nos niegan la ciudadanía política y cultural, basados en la escusa que la emigración provoca un inevitable distanciamiento y una degeneración de la cultura originaria.
Verdad absoluta e irrefutable ya que aun en el presente siglo aun existen naciones que niegan el derecho de voto en el exterior. Tema que solo sale a relucir en tiempos de campaña.

El lo relativo a lo cultural somos marginados por el simple hecho de estar inmersos en sociedades con tendencias alienantes y degenerativas como suelen pensar y vociferar fanáticos ortodoxos, al vanguardismo y al progreso. Que son vistos como el cáncer de la desarticulación del tejido social nacional. Y si el destino te llevo a tocar las puertas del capitalismo y del imperialismo para pedir albergue. Estos estamos más jodidos.

Tejido social: Interesante término. Mi modo te tocara visitar de nuevo a Wiki.

Somos los estigmatizados y reducidos a proveedores de recursos y oportunidades, discriminados y vistos como atrasados por que según los nacionales y brillantes estadistas, aun vivimos en el pasado.

- Lo cual es cierto, de alguna manera… El pasado para el migrante representa su patrimonio y al cual no renunciara, por haberlo cosechado en nuestras naciones de origen y razón de ser de las remesas.

Somos los nuevos imaginarios nacionales fragmentados, diseminados y descentrados que se crean desde las experiencias trasnacionales des-territorializadas por la emigración. Constituyendo nuevos departamentos o estados dentro de la cartografía territorial de las naciones.

- Algo así como el vaticano, viejo.

Somos una población de emigrantes dividida por clase, genero, etnicidad, lugar de procedencia e historia de nuestras raíces para efectos estadísticos y/o estudio de parte de la sociedad de arribo la cual impone su hegemonía al mermar su dignidad, desvalorizar y someter al individuo al no reconocer su propia identidad cultural nacional, homogenizando en una sola categoría: Hispano y/o Latino, bajo el hecho que solo así podrá el individuo migrante lograr una completa participación política y ciudadana.

Somos hoy por hoy la Diáspora Hispana y/o Latina

Individuos provenientes de todas las regiones del continente americano que hacen de los Estados unidos de Norte America su nuevo hogar y al cual contribuyen a su desarrollo haciendo un aporte significativo social y económico, así como a nuestras naciones de origen .
Por ello, lo menos que merecemos es ser tratados con dignidad e igualdad. No ser vistos o tratados como simple mercancía o sujetos de explotación subliminal al manipular un sentimiento puro que nace por convicción, que es el de querer ver el desarrollo y progreso en nuestras naciones de origen.
Somos los que conforman una nueva nación imaginaria multicultural, sin fronteras esperando que se desarrolle libre de los muros del egoísmo, ideologías, partidarismos, intereses propios, envidia, impunidad, corrupción, compadrazgo, etc. Ya que para lo único para que sirvan es para crear divisiones y estancar el desarrollo y progreso.

-No te parece risible pensar que pueda ser realidad, tomando en cuenta que muchos emigrantes no dejaron estos menesteres en sus maletas de equipaje.

-Es cierto y a la vez comprensible, si tómanos en cuenta que quizá es su único medio de sobrevivencia.
Recuerda en dicho de nuestros ancestros. Gallina que come huevos, auque le quemen el pico.

También es cierto que estos se han aprovechado de la ingnorancia de las personas y explotar su ingenuidad, un modus vivendi para esconder su mediocridad. Menos mal, son especies a punto de extinguirse.

Por ahora quizá carentes de una Identidad Cultura propia a causa de la ceguera que el sentimentalismo nostálgico ha impedido que se desarrolle al priorizar, a la que nos venden como Identidad Nacional o quizá por asumir que teníamos una.

Somos los hijos pródigos de esas naciones que no olvidan sus raíces. Somos esos que sin necesidad de pedir estamos pensando en como ayudar a nuestras naciones y familiares.

Identidad Cultural del Migrante.

La cual tenemos la obligación de construir partiendo de nuestro patrimonio, el acervo acumulado con esfuerzo y trabajo. El que nos forjamos en nuestros países de orígenes y que nos negamos a renunciar. Al cual habrá que fusionar con nuevos conceptos provistos o tomados de esta nueva sociedad en la que nos encontramos inmersos y que nos alberga a fin de garantizar nuestra subsistencia y la de nuestras familias, de aquí y de allá. La cual podremos incubar con nuestro talento y conciencia social, innovar y humildemente compartir con nuestros nacionales para que de ella tomen lo que así estime conveniente.
Si estos llegasen a vislumbra que es una alternativa para superar a menor plazo el estancamiento cultural provocado por el mismo hombre y los muros que crea en su entorno para su conveniencia e intereses.

Forjar nuestra propia Identidad Cultural del Migrante que se reconozca como nuestra y que podamos heredar a las nuevas generaciones como un medio de conservar nuestro patrimonio en el exterior.

lunes, 11 de mayo de 2009

DE UN BOHEMIO, SOÑADOR Y LOCO-MONOLOGO-Jguz

IKARUS GALLERY CULTURAL PROGRAM- UNA RETROSPECTIVA

Como si nada viejo, ya han pasado cuatro años de haber iniciado la quijotada, como pasa el tiempo.

¿Que es Ikarus Gallery Cultural Program y cuáles son sus propósitos?

Es un proyecto creado para dar curso a la iniciativa perteneciente a una emergente generación de artistas hispanos y/o latinos que están creando en la diáspora nuevas obras y que por medio ikarus gallery cultural program proyectan su arte en función social.

Nace como una alternativa más a la actual necesidad de fomentar la creatividad para dejarla desarrollar en libertad a través de un dialogo intercultural como medio esencial para preservar la vitalidad de las culturas.

Creada para contribuir al desarrollo de las artes y fomento de la cultura latina y/o hispana al interior de la comunidad americana y particularmente en el Estado de Nueva York y comunidad de Long Island, generando alternativas y oportunidades a los artistas incipientes como a los ya reconocidos y apoyándoles en sus carreras dentro y fuera de las fronteras de los EE.UU.

Nuestros propósitos
§ Reivindicar la autoestima del artista, generando alternativas que le permitan sobrellevar la cruda realidad en la que se encuentra inmerso, apoyándole en su carrera a fin de que pueda dedicarse a lo que mejor hace. Crear Arte.
§ Conservar y difundir nuestra identidad cultural, proyectando al hispano y/o latino con cultura.
§ Desarrollar este proyecto en función socioeconómico en torno a la cultura y las artes
§ Contribuir al crecimiento del acervo cultural de la comunidad y los individuos que la conforman
§ Apoyar causas nobles y humanitarias, donde la niñez y juventud sean los protagonistas y principales beneficiarios
§ Ser embajadores de la cultura de nuestros países de origen
§ Difundir la cultura latina a través de las artes para que otras culturas conozcan que somos emigrantes con cultura.
§ Abogar por la integración de las comunidades e individuos para alcanzar la unidad en pro de desarrollo socioeconómico al interior de esta sociedad que nos alberga.

¿Cual fue su inicio?

Fueron una serie de factores y hechos o coincidencias que contribuyeron a dar forma a este proyecto.
Emigramos a este país el 9 de mayo del 2000.Desde este año comenzamos a dar seguimiento a lo que en mi país representaba un simple hobby y empezar acumular alguna obra y a tomar mas en serio el arte como vocación, gracias a la amistad y apoyo de mi amigo Gonzalo Guevara.
Por ese tiempo tuve la oportunidad encontrarme en el camino con Raúl Ruano, un recién llegado con el cual cosechamos una buena amistad y nos alentaba a participar en los eventos del Consulado de El Salvador en Brentwood bajo la administración de Luis Montes Brito, oportunidad que desistía de tomar por falta de experiencia. Fue a través de Raúl Ruano que conocí a su amigo Miguel Servellon, quien a su vez me presento con su hermano Jaime Cruz, un artista que en épocas pasadas había tocado puertas para ver de realizar su carrera artística en este país, sin mayores resultados.
Ya el concepto del proyecto revoloteaba en mi mente tomando en cuenta las desavenencias de mis amigos, el poco apoyo a la difusión cultural y las artes que vislumbrada al interior de la comunidad y esos muros a superar: como el egoísmo, la envidada, el intereses particular, las ideologías y partidarismos, en adicional a la limitada dentro de estos tópicos de nuestra comunidad, ya que solo suele ver como expresión cultural el fiestón y el bailongo.

En un primer momento la incredulidad salio a relucir tomando en cuenta los problemas y apatía enfrentados por mis antecesores.

Conocido el potencial de Jaime en sus trabajos vislumbraba la oportunidad de encontrar en el, un eco a las ideas y un apoyo al proyecto, ya que una sola gaviota no hacer verano.

A principios del 2005 motivado por mi buen amigo Gonzalo, decidimos organizar para abril 16 un Open Estudio en la 40 Wellington St. Mi pasaporte se había vencido y decidí renovarlo, en el proceso me encontré con Claudia Espinal la asistente del Cónsul quien atendió mi caso y a quien le entregue una de mis tarjetas que había impreso con mi nombre y el titulo de artista. Ella amablemente me invito a participar en las Noches Líricas, que el consulado organizaba en Breenwood. En esta ocasión la oportunidad no fue descartada como las anteriores y a la aventura involucre a Jaime Cruz a manera de ir desimanando la incredulidad y vislumbrar la opción volver a creer en realizar su carrera artística. El evento se programo el 8 de abril y nos dejo la satisfacción de ver nuestros nombres en una nota en medios de publicidad y el inicio de una carrera.
El open estudio era el siguiente evento y fue un existo según los comentarios hechos por Gonzalo, ya que habían llegado mas personas comparado con el que el hizo. Pero más que esto la satisfacción vino de la iniciativa de Raúl Ruano al invitar a un grupo de jóvenes a que visitar la exhibición y en cuyos rostros observamos el interés y beneplácito por la labor realizada por un emigrante igual que ellos. También asistió Jaime cruz y otro amigo colombiano Diego Ríos. Este último, desinteresadamente puso a disposición un local en Freeport, para en el realizar una exhibición. Evento que organizamos del 12 al 30 de mayo 2005. Denominando la exhibición “Quijotes del Arte”.
De este evento en particular recuerdo tres cosas, la visita de un espectador que al leer la noticia del evento y en donde se mencionaba el nombre del pueblo en el cual se encuentra mi ombligo, llego para conocernos. El comentario de mal gusto hecho a por un salvadoreño a un artista salvadoreño como crítica a la instalación que presento en el evento, ya que la temática que abordaba era el machismo del salvadoreño, tildándolo de ser una vergüenza para su país. Y conocer a Santiago Miranda, amigo de Jaime y quien supuestamente tenía aptitudes de dibujo y caricatura.

Un día, nos sorprendió al compartir un poema hecho sobre el evento y los participantes el cual titulo” Arte y Talento”, al final este poema formo parte de la exhibición.

No recuerdo el día, pero veníamos de regreso a casa los tres en el vehiculo de Jaime y conversábamos sobre el material literario de Santiago y le sugeríamos que escribiera otros poemas abordando la temática social. Muy receptivo comenzó a escribir y así se despertó el gigante al cual hoy en día se le conocer como el pulgarcito de la poesía.

El concepto siempre ha estado latente pero “Quijotes del arte” fue el evento que a parte de consolidar una amistad, nos aporto de alguna manera la experiencia y de creer en nuestro potencial. Volver a creer que aun existen buenos samaritanos que apoyan la cultura y las artes, que existe un vacío al interior de nuestra comunidad en lo relativo a la cultura y las artes, que el individuo debe de asumir un rol más activo en el desarrollo social si queremos el progreso, que hay que pregonar con hechos más que rasgarnos las envestiduras y salir en la foto, ser humildes y no olvidarnos de dónde venimos, retornar un poco a la sociedad de los que hemos recibido de ella o aportar algo por convicción, si consideramos que no hemos recibido nada. Ser mejores seres humanos cada día, si queremos proveer a las presentes y nuevas generaciones un mejor mundo.

¿A quién habría que agradecer por el trabajo realizado en estos cuatro años?

Primeramente a Dios por darnos la salud y un talento que aportar

A nuestras familias, a las que por ser fieles a nuestras convicciones y sueños, de alguna manera y sin ser esta la intención, hemos sacrificado en algún momento, mermando un tiempo de convivencia y algunas veces hasta la economía familiar, ya que no vivimos del arte.

A los artistas por creer en el programa y poner a disposición su talento para beneficio colectivo, además de su amistad: Gloria Carrigg, María Teresa Azucena, María Dolores Torres, Ana María Hoyos, Meybelin Flores, Aneta Kozicka, Angélica Ponce, María Eugenia Caseiro, Patrice Dassa, Jaime Cruz, Santiago Miranda, Luis Velásquez, Reynaldo Martínez Pardo, Francisco Fuentes González (Fragua), Ricardo Hernández, Javier Ramírez, Carlos Sánchez, Roberto Cabrera, Gonzalo Guevara, Críos, Carlos Sigüenza, Rafael Escobar, Walter Omar Zavala, Romeo Molina, Elkin Echeverri, Carla Koreas, Adriana Hernández, Galo Urbina, Luis López, René Chacón, Eleazar Rivera, Alirio Alemán.

A personas y/o instituciones que de alguna manera han influido de forma marcada en el rumbo y desarrollo de nuestro proyecto: Diego Ríos y Susana Duran, quienes pusieron a disposición sus oficinas para apoyar las exhibiciones itinerantes desarrolladas con el fin de poner en contacto a la comunidad con las artes. A los administradores en turno y en su momento de los Consulados Generales de El Salvador en Brentwood: Ing. Montes Brito, Lic.Oscar Landaverde, Lic. Lorena Rendon y Boston, Roxana Abrego.
Gloria Carrigg, activista cultural que sin su esfuerzo Ikarus Gallery Cultural Program no habría trascendido fronteras. Santiago Miranda por su apoyo incondicional y aporte de sus talentos.
Al Padre Charles Oberkehar y Gladys Rodríguez, por abrirnos las puertas de la Iglesia Luterana de la Epifania y fomentar los lazos de hermandad al interior de las comunidades que conforman Hempstead. Daisy Pérez, Francisco Manrique, Luz Velásquez y Jorge Ramírez, quienes con sus notas y publicaciones de nuestro acontecer han contribuido a dar a conocer el program y el trabajo de muchos de los artistas que lo integran. Joel Pineda, por otorgarnos el espacio para el desarrollo de las Noches de Bohemia y Lirica y Exhibiciones Itinerantes que nos permiten poner en contacto nuestro arte con la comunidad. El Club Activo 20/30 por su apoyo a la difusión de nuestra cultura a través de las artes al permitirnos ser parte de sus eventos benéficos.

A nuestros Hermanos de la Guarida del Poeta, por el apoyo y aporte al engrandecimiento de las letras y poesía Hispana y/o Latina.

La comunidad en general la cual nos ha apoyado con su presencia y nuestra principal razón de existir.

IDENTIDAD CULTURAL -MONOLOGO- Jguz

Me encontraba en la soledad de mi frío sótano, pintando uno de esos paisajes campiranos, casitas de tejas, etc. De esos que invocan a la nostalgia y hacen recordar la tierra que dejamos atrás.

_ Deje aun lado el pincel.

Meditabundo, la observaba y pensaba en la inmortalidad del cangrejo.
Vino a mi mente la tira cómica que editaban en un periódico local de mi país el Dr. Merengue.

Y me preguntaba ¿Que significa Identidad?

Mi cuestionamiento me pareció interesante y presto me avoque a explorar en el Internet visitando uno de esos sitios sabelotodo Wikipedia.
Encontré lo siguiente:
El término IDENTIDAD puede hacer referencia a:
§ La identidad es la distinción de cualquier tipo entre cualquier persona, animal o cosa y sus semejantes. Se refiere al ente que existe como idéntico a sí mismo en el tiempo y el espacio, una noción del “ser en sí”.

§ La identidad como una cualidad del “ser para sí”, sólo válido para las personas y consecuentemente de ser uno mismo o como parte de un grupo.

Identidad cultural

La '''Identidad cultural''' es el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia. La identidad cultural es similar a todo aquello que nos los enseñan nuestros antepasados y lo ponemos en practica

Modelos de estudio de la identidad cultural

Existen dos corrientes en antropología a la hora de abordar el fenómeno de la identidad cultural:

*La ''Perspectiva Esencialista'' estudia los conflictos de identidad como algo inmanente y hereditario culturalmente. Esta aproximación considera que los diversos rasgos culturales son transmitidos a través de generaciones, configurando una identidad cultural a través del tiempo. Uno de los defensores de este modelo es el politólogo David Laitin, quien señaló que en la Guerra de los Balcanes, los serbios asesinaban croatas debido al odio ancestral que sentían por ellos, es decir, por una cuestión de identidad cultural heredada. Laitin afirma que la movilidad social e ideológica es posible, pero la cultural no.

*La ''Perspectiva constructivista'', en cambio, señala que la identidad no es algo que se hereda, sino algo que se construye. Por lo tanto, la identidad no es algo estático, sólido o inmutable, sino que es dinámico, maleable y manipulable. Un ejemplo es Somalia, que hasta el año 1991 era un país homogéneo, étnica, cultural y lingüísticamente, pero a partir de ese año el país cayó en una guerra civil entre clanes debido, en parte, a una ruptura de la identidad cultural hasta entonces homogénea.

Críticas a los modelos

Las críticas que se pueden hacer al modelo ''esencialista'' son que la cultura no es algo que se hereda totalmente, y por lo tanto, la identidad cultural tampoco puede ser heredada férrea e inflexiblemente. Si así lo fuera, todo el mundo lucharía contra todo el mundo, porque en algún momento del pasado siempre ha habido un conflicto entre dos o más grupos.
Por lo tanto, puesto que la cultura no es algo inmutable, sino que se transforma continuamente, la identidad cultural tampoco es algo inmutable y se transforma continuamente, convirtiendo a los que antes eran enemigos irreconciliables en un único pueblo y a los que antes eran un único pueblo en entidades culturales opuestas.

Respecto a la perspectiva ''constructivista'', las críticas que se le pueden hacer son que la identidad cultural tampoco depende únicamente de factores coetáneos, sino que existe una transmisión modificable a lo largo del tiempo. No es simplemente una construcción que se realiza desde cero, sino que existe un sustrato básico sobre el que se trabaja y se moldea una identidad cultural determinada.

Identidad cultural como oposición a otras

Algunos autores han comenzado a estudiar las identidades culturales no solamente como un fenómeno en sí mismas, sino como un fenómeno en oposición a otras identidades culturales. En esta corriente se considera que la identidad cultural se define por oposición a otras. En grupo se define a sí mismo como tal, al notar y acentuar las diferencias con otros grupos y culturas. Según esta corriente, cualquier cultura se define a sí misma en relación, o más precisamente en oposición a otras culturas. Así, la gente que cree pertenecer a la misma cultura, tienen esta idea porque se basan parcialmente en un conjunto de normas comunes, pero la apreciación de tales códigos comunes es posible solamente mediante la confrontación con su ausencia, es decir, con otras culturas.

La dinámica de la auto-definición cultural implica un continuo ''contacto entre culturas''. Más aún, esas relaciones nunca son de igualdad, dado que nunca se manifiestan de manera aislada: la complicada red de relaciones creada por la superposición de relaciones políticas, económicas, científicas y culturales, convierte cualquier relación entre dos culturas en una relación desigual.

El hecho mismo de que dentro de una cultura o práctica cultural exista la conciencia de una identidad común, implica que también hay un impulso hacia la preservación de esta identidad, hacia la auto-preservación de la cultura. Si la identidad es construida en oposición a los extraños, las intrusiones de otras culturas implican la pérdida de autonomía y por lo tanto la pérdida de identidad.

Las convenciones compartidas en las que se basa una identidad son frecuentemente implícitas. Para que el funcionamiento interno de una cultura sea posible, ciertas reglas básicas y significados que subrayan su producción son generalmente dadas por hecho por los participantes.

El resultado de mi pequeña investigación en el Internet:

La '''Identidad cultural''' es el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias, usos, convencionalismos y modos del comportamiento, que funcionan como eslabón dentro de un grupo social y que actúan como la esencia para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia, algo hereditario culturalmente en algunos casos y/o que se construye a partir de una base en otros, no es estático, sólido o inmutable, sino que es dinámico, maleable y manipulable.

Al leer detenidamente mi propio concepto construido a partir del teórico, me llamo la atención la afirmación que en el se incluye: Fundamentar su sentimiento de pertenencia. En pocas otras palabras saber y sentir que es de uno. Lo que me llevo a hacerme la siguiente pregunta.

¿Poseo al caso yo una Identidad Cultural, como migrante?

Para ello ahondamos en otros términos, que me ayudaran a buscar mi respuesta.

Nacionalidad:

La ''Nacionalidad'' es una condición social, cultural y especial en la que influyen numerosos elementos que definen el escenario político y organizacional de un grupo determinado de personas. Por ser la nacionalidad un hecho social, no puede ser estudiado como un concepto aislado, y no puede entenderse de manera unilateral, por lo que requiere ser entrelazada con muchos otros conceptos de la Sociología y/o materia sociológica, de manera que el tema pueda acercarse lo más posible a un concepto palpable.

Nacionalidad significa también la pertenencia de una persona a un ordenamiento jurídico concreto. Este vínculo del individuo con un Estado concreto le genera derechos y deberes recíprocos. Este tipo de nacionalidad referida a un país se mezcla conceptual y prácticamente con el concepto de nacionalidad como situación social, y podría perfectamente analizarse por separado o como una parte de la nacionalidad social, pues las leyes son inevitablemente un hecho social.

Los hechos sociales no son nuevos, más si es novedoso el suceso de que en la actualidad podamos distinguirlos de una manera más clara y precisa, pero aun con dificultad; entonces podemos asumir que la nacionalidad y todos los conceptos relacionados con ella, han estado presentes en cualquier organización social, así como en cualquier interacción entre grupos sociales durante toda la historia del hombre.

La situación actual del hombre, con el constante acecho de los efectos de la globalización, han requerido de mayores definiciones concretas en esta materia, especialmente cuando esta interacción mundial requiere normar el comportamiento del hombre en sociedad a través de la ley. Tal es el caso, que numerosos estados y organizaciones de estados han generado leyes relacionadas con la nacionalidad, sus derechos y sus deberes.

Se puede decir que la nacionalidad es un vínculo jurídico y político que une a la persona con el Estado.

Naturaleza: La doctrina se desarrolla en tres figuras:

''Ius Sanguinis'': derecho de sangre, toma como base los nexos familiares de raza y tradición. Es nacional una persona de un país, aunque este haya nacido en el extranjero.

''Ius Soli'': expresa que la nacionalidad se determina tomando como base el lugar de nacimiento (NACIMIENTO-TERRITORIO).

''Ius Domicili'': el cual expresa que la nacionalidad se adquiere por el domicilio o residencia de un determinado Estado.

La Nación y el Espacio Geográfico

Una nación, entiéndase un grupo de personas que comparten una cultura, puede ejercer dicha cultura en cualquier espacio geográfico sin perder su nacionalidad.

Es posible que durante este ejercicio, la nacionalidad transportada por la emigración sufra algunos cambios en su estructura cultural, modificando el comportamiento de sus integrantes; tal cambio puede generarse al encontrarse con otros grupos culturales y asimilando algunas de sus costumbres, inclusive asimilando el grupo a su propia nación.

Este cambio cultural afecta directamente la esencia de la nación, pudiendo generar una nueva nacionalidad distinta e independiente a la original; tal efecto ha estado presente en toda interacción social del hombre relacionada con el desplazamiento geográfico de una nación, inclúyanse exploración, guerras, invasiones o colonizaciones, todas ellas han generado transformaciones culturales que derivan en la fundación de nuevas naciones.

Entiéndase que esta transformación solo puede ocurrir si un grupo numeroso con una identidad nacional se desplaza o reubica; un ente individual, inclusive investido e identificado con una nacionalidad no podría imponer tal efecto, ya que su estado solitario no posee un motor de fuerza social para lograr el cambio; por el contrario, esta misma relación espacio geográfico / nación, podrían lograr un efecto inverso y asimilar al individuo a la colectividad y sentimiento nacional que domina la región.

La Nación y el Territorio

Está claro que una nación no puede ejercer su identidad cultural si no se encuentra ubicada en un espacio geográfico; de igual forma esta identidad cultural no puede ser ejecutada sin un número suficiente de miembros de dicha nacionalidad ubicados en un mismo espacio geográfico. En algún momento, es posible que una nación, sola o en coexistencia de otra, pueda asumir supremacía del espacio geográfico en el que reside, y hacerse del control de éste para ejercer por la vía del hecho o por derecho, la propiedad del espacio geográfico como su territorio para toda su nación. Compréndase que este control del espacio geográfico y demarcación territorial, conlleva a una indudable asociación y ejecución de todas las costumbres culturales de la nación, haciendo que el territorio conforme parte indudable del sentimiento, propiedad e identidad nacional; esta situación se mantendrá hasta tanto otra nación o coalición la despojase de tal control que tiene sobre el territorio.

La Nación y el Estado

Una vez que una nación esté provista de una solidez cultural, suficientes integrantes y
Recursos, así como del dominio de un territorio, puede eventualmente, si así sus costumbres lo aceptan, fundar un estado para ejercer el control sobre ese territorio para garantizar la supervivencia de la nación. El estado es una organización inmaterial, una autoridad que ejerce su supremacía y poder sobre un territorio y toda la población que en el habitan; normalmente, su fuerza se encuentra regulada bajo los principios de su cultura generadora, o bien sobre los principios culturales de la nación que la constituyó. En tal sentido, se debe recalcar que puede existir una nación sin estado y sin territorio; pero ''no puede existir un estado sin nación y territorio'', por que no ejercería su poder sobre ninguna persona, cosa o lugar.

La Nacionalidad y el Derecho

Con la creación de un estado por parte de una nación, la nacionalidad adquiere un carácter legal. Para constituir un estado es necesario un marco legal que regule el funcionamiento y poder que ejerce a sus pobladores sobre su territorio, entiéndase su propia constitución, leyes y normas. El dominio de la nación generadora del estado, ejerce su fuerza para legalizar y preservar dentro de estos instrumentos la identidad cultural de la nación, por lo que un estado está inseparablemente asociado con una nación (y con una identidad cultural), aunque por hecho varias naciones culturales ejerzan vida e interacción dentro del territorio de esa nación, ya que están ubicadas en un espacio geográfico.